Estenosis del conducto lagrimal: ¿qué debes hacer?

Estenosis del conducto lagrimal: ¿qué debes hacer?

Estenosis del conducto lagrimal: ¿qué debes hacer?

La estenosis del conducto lagrimal consiste en la obstrucción de este conducto. Es el "agujerito" situado en el ángulo interno del ojo, en el párpado inferior, a través del cual las lágrimas pasan del ojo a la nariz del bebé.

La obstrucción del conducto lagrimal o estenosis es un trastorno bastante común en los niños pequeños. Pero, ¿en qué consiste este trastorno y qué hay que hacer si este conducto está obstruido?

Qué es la estenosis del conducto lagrimal

La estenosis es el estrechamiento del conducto lagrimal. Este último es el pequeño canal visible, como un puntito en el ángulo interior del ojo, en el párpado inferior, a través del cual las lágriman drenan del ojo a la nariz. Esta es la razón por la que, cuando se llora, la nariz gotea.

La estenosis del conducto lagrimal puede estar presente desde el nacimiento o bien aparecer durante los primeros meses del pequeño.

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Cómo se manifiesta

La estenosis del conducto lagrimal se manifiesta con un lagrimeo continuo en uno o en ambos ojos. Las lágrimas no pueden pasar a través de la nariz, como sucede normalmente, sino que deben salir por los ojos. Se cree que esta situación se presenta en el 6% de los recién nacidos y, en un caso de cada tres, afecta a ambos ojos.

Como consecuencia de que las lágrimas se estanquen en el conducto lagrimal durante bastante tiempo, es que el niño también sufra de conjuntivitis.

Causas de la estenosis del conducto lagrimal

La estenosis del conducto lagrimal depende del hecho de que la válvula de Hasner no está lo suficientemente abierta. La válvula de Hasner es una membrana que separa el pequeño canal a través del cual las lágrimas salen de los ojos.

En general, el problema se resuelve por sí solo, con el paso del tiempo. Esto es así, excepto si se producen inflamaciones recurrentes que forman unas minúsculas adherencias, llamadas dacriocitos, que bloquean la salida.

En los casos más leves, el lagrimeo continuo solo se presenta en caso de que el niño esté resfriado. Cuando es así, el pequeño canal que se encuentra entre los ojos y la nariz se llena de moco e impide que las lágrimas salgan.

Cómo se drenan las lágrimas

Para evitar infecciones, en los casos más sencillos, es suficiente con hacer masaje dos veces al día. Hay que hacerlo en el saco que contiene las lágrimas, oprimiendo con una gasita estéril el puntito que está situado sobre el párpado inferior del ojo. Asimismo, hay que proceder desde abajo hacia arriba, con el fin de purgar el canal lagrimal. De tal modo, se facilita el vaciado del saco lagrimal y se favorece la apertura de la válvula de Hasner.

Filamentos de moco sobre la conjuntiva y depósitos de secreción seca entre las pestañas y en el ángulo interior del ojo suelen ser señales de que existe una infección. Ésta debe tratarse, no solo con masaje, sino también con un colirio antibiótico. El hecho de recurrir a tratamientos antibióticos locales también es necesario en caso de conjuntivitis.

Normalmente, en el 90% de los casos, durante el primer año, la obstrucción del conducto lacrimonasal se resuelve espontáneamente.

Posibles complicaciones

La consecuencia más frecuente de la estenosis de los pequeños condutos lacrimonasales es la aparición de una conjuntivitis secundaria. Ésta se produce por la presencia de gérmenes y el estancamiento de las lágrimas en el saco lagrimal y debe tratarse como una conjuntivitis bacteriana normal.

Si no se realizan los cuidados necesarios, las conjuntivitis virales pueden llegar a afectar a la córnea (queratoconjuntivitis virales), con el riesgo de que la visión sufra graves daños.

En las formas más graves, cuando el excesivo lagrimeo es constante y produce continuas infecciones, abundantes secreciones de moco y de pus, inflamaciones y dolor, es necesario intervenir.

Para ello, se introduce un hilo flexible en el canal lagrimal para liberarlo. Si el niño tiene menos de seis meses, la intervención se realiza despierto. En los niños más mayorcitos, se requiere una sedación general.

Cuándo dirigirse al pediatra

  • Se está formando una hinchazón enrojecida en el ángulo interior del ojo.
  • Si los ojos del niño están pegajosos y segregan una sustancia densa y amarillenta.
  • Si la esclerótica, la parte blanca del ojo, está opaca.
  • Si los párpados están hinchados y enrojecidos.
  • Si el problema persiste más allá del primer año de vida del bebé. 

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Edurne RomoEdurne Romo
Directora Editorial. Periodista especializada en maternidad, infancia y crianza
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Comentarios (1)
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Yadi
Gracias por la informacion, afortunadamente no tiene ningun problema mi bebè.