Sin palabras: 4,934 noches en una cárcel por perder un bebé durante el parto

En junio de 2009 Rosita (nombre falso utilizado por El País, que se hace eco de esta historia) buscó ayuda médica por una emergencia obstétrica en una comunidad rural y empobrecida de El Salvador. Tenía 23 años y meses antes había acudido a los tribunales para denunciar la violación por la que había quedado embarazada. En vez de apoyarla y ayudarla, la respuesta del Estado fue considerar su caso como "homicidio agravado" ¡y condenarla a prisión!

¿Lo puedes creer? Rosita es víctima de una violación, queda embarazada y, además, pierde a su recién nacido durante el parto y, en vez de darle apoyo, ¡la condenan a prisión! Y lo más terrible de todo es que esta mujer ha pasado ¡13 años y medio de su vida entre rejas! Un total de 4,934 noches en prisión. Se nos hiela la sangre... La suya es una historia que se ha mantenido en la sombra durante muchos años y que manifiesta la injusticia y el trato inhumano que reciben muchas mujeres en países como El Salvador.

Ahora que ha conseguido salir de prisión, Rosita tiene 36 años y debe vivir siguiendo cuatro condiciones: no salir del país, vivir con sus padres, una visita trimestral a los juzgados y otra semanal a la iglesia evangélica de su comunidad.

No es un caso aislado; muchas mujeres están en la misma situación

El caso de Rosita no es una excepción, sino todo lo contrario. Desde 2009, otras 69 mujeres han podido salir de prisión con requisitos similares. Actualmente, quedan dos con condena firme y otras cuatro en procesos jurídicos. Morena Herrera, presidenta de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto, explica en declaraciones para El País: "Le robaron una época preciosa. Le cortaron la vida y la juventud. La vida de estas mujeres y sus expectativas quedan marcadas por siempre".

La Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto acompaña a mujeres en situaciones similares a la de Rosita y trabaja para que El Salvador deje de ser de los países más restrictivos frente al derecho al aborto del mundo. Desde 1998, las mujeres que interrumpen voluntaria o involuntariamente el embarazo, son consideradas homicidas.

Miedo a hablar demasiado

Desde hace años que las organizaciones feministas luchan para lograr que la liberación de estas mujeres sea una realidad, con o sin antecedentes. La historia de Rosita pone en evidencia que vivimos en un mundo injusto y deshumanizado. Al salir de la cárcel, esta mujer no se atreve a hablar con la prensa. No está preparada, pero también tiene miedo de que si habla demasiado puedan volver a meterla en la cárcel.

A otra joven, Beatriz, le negaron la interrupción voluntaria del embarazo, a pesar de que seguir con él ponía en riesgo su vida y la de su bebé, que falleció a las cinco horas de haber nacido. Fuera de El Salvador, cualquier médico le hubiera recomendado abortar. Resulta terrible que se criminalice a las mujeres por algo así... Sufrir una violación, optar por el aborto, perder a un hijo al nacer... ¿En qué mundo vivimos?

Parece que todo está tan avanzado, que somos tan civilizados... Y después salen a la luz historias como las de Rosita o Beatriz y nos damos cuenta de que existen zonas en el mundo en que se sigue viviendo como en la Edad Media... La barbarie sigue imperando y nadie hace nada para evitarlo. Nos parece terrible y pensamos que, al menos, dando voz a estas mujeres estamos poniendo nuestro granito de arena para que la gente conozca sus historias y sea consciente de en qué mundo vivimos.

.............

¿Has pensado alguna vez en cómo viven las mujeres en otras regiones del mundo mucho menos avanzadas que nuestro país? ¿Te sorprende que ocurran historias como la de Rosita? ¡Déjanos tu comentario!