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Tos y estornudos: ¿infección por coronavirus o alergia?
Mientras todos transcurrimos los días confinados en casa para mitigar la circulación del COVID-19, la primavera se abre paso y, como todos los años, vuelve la alergia estacional al polen. ¿Cómo distinguir los síntomas?
Durante las próximas semanas, los niños que sufren alergias respiratorias manifestarán los síntomas habituales: rinitis, estornudos, conjuntivitis, tos y asma.
¿Cómo podemos distinguir estos síntomas de los de una infección respiratoria, en ciertos casos, similares? Y, más concretamente, de los síntomas de la infección por coronavirus? ¿Cuándo debemos consultar al pediatra?
Distingue los síntomas de la alergia primaveral de los del COVID-19
El primer criterio para distinguir los síntomas alérgicos de los originados por la infección es el historial médico del niño.
- Si ya tiene un diagnóstico de enfermedad alérgica y, en anteriores primaveras, ya había manifestado reacciones al polen, rinitis o asma, muy probablemente, sus trastornos son achacables a la alergia, y no hay razón para alarmarse o temer una infección en curso.
- De todos modos, es oportuno advertir al pediatra o al alergólogo que lo trata y poner en marcha las indicaciones médicas previstas en su plan terapéutico.
- No obstante, algunos niños manifestarán los primeros síntomas de alergia primaveral este año por primera vez. ¿Cómo actuar en este caso?
Rinitis y conjuntivitis raramente se asocian al COVID-19
- Los síntomas de alergia respiratoria más comunes en la estación del polen son la rinitis y la conjuntivitis.
- La nariz congestionada, con rinorrea acuosa, picor en la nariz, estornudos a ráfagas, ojos enrojecidos, que lagrimean y pican, y con una característica sensación de tener arena en los ojos, son muy elocuentes.
- La literatura científica sobre los síntomas de COVID-19 en niños, por escasa que sea aún, evidencia que estos trastornos solo están presentes en el 6-7% de los casos de infección, por lo que la probabilidad de que el pequeño se haya contagiado es muy baja.
Tos y asma son los síntomas más ambiguos
- Asimismo, la alergia respiratoria puede manifestarse en forma de asma bronquial. Los síntomas, en este caso, son tos seca y persistente, que se acentúa cuando el niño está expuesto al alérgeno, es decir, cuando sale al aire libre o al balcón. En este caso, el pequeño manifiesta disnea, le falta el aire y sufre dificultad respiratoria.
- La literatura científica dice que estos síntomas están presentes en el 50% de los casos de coronavirus en niños, por lo que el diagnóstico para el pediatra resulta más complejo en este caso.
En caso de alergia, no hay fiebre
- Un síntoma frecuente en la infección por nuevo coronavirus es la fiebre. Está presente en el 40% de los casos de niños contagiados. En cambio, en las manifestaciones alérgicas respiratorias, la fiebre está ausente.
- Si el niño tiene trastornos respiratorios y fiebre, es muy probable que no tenga una reacción alérgica, sino que esté afectado por una infección respiratoria, no necesariamente de coronavirus. En este caso, el pediatra debe valorar la situación y decidir de qué forma proceder para obtener un diagnóstico correcto.
(Te interesa: Fiebre en bebés y niños)
Cuándo y cómo contactar con el pediatra
Como las autoridades sanitarias vienen repitiendo, en ningún caso hay que llevar al niño a urgencias directamente, si tiene síntomas sospechosos de COVID-19.
- El procedimiento correcto es contactar al médico por teléfono, explicarle la situación, describir los síntomas y atenerse a las instrucciones recibidas. El doctor organizará una visita en la consulta en condiciones de seguridad, si es necesario.
- Es oportuno contactar al pediatra si el niño tiene síntomas respiratorios y fiebre, con mayor razón si ha tenido ocasión de contagio recientemente.
- Es indispensable llamar al pediatra si el pequeño tiene fiebre y dificultad para respirar.
Dudas sobre los medicamentos
Desde hace algún tiempo, se comenta que los fármacos antiinflamatorios, como la cortisona que se puede administrar en el tratamiento de la alergia, pueden hacer a la persona más vulnerable frente al riesgo de contagio del nuevo coronavirus, y de contraer la infección de forma grave.
¡Atención! Esto no es cierto, según los especialistas. No hay ninguna razón para creer que algunos fármacos pueden exponer a un mayor riesgo de infección o de infección de forma grave.
Los niños, como los adultos, que toman fármacos corticoides u otros fármacos en el contexto de un plan terapéutico ya establecido no deben dejar el tratamiento. De lo contrario, se expondrían al riesgo, real, de empeorar de la patología que sufren.
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