Asma infantil: cómo detectar los síntomas a tiempo
El asma infantil es una de las enfermedades respiratorias más comunes en México y, aunque puede sonar alarmante, con el diagnóstico y tratamiento adecuados los niños pueden llevar una vida completamente normal.
¿Qué es el asma infantil?
El asma es una enfermedad crónica que causa inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias, dificultando el paso del aire hacia los pulmones. En los niños, puede presentarse como tos persistente, silbidos al respirar, opresión en el pecho y dificultad para respirar.
En México, la Organización Mundial de la Salud estima que alrededor del 12% de los niños padece algún grado de asma. Aunque no tiene cura definitiva, sí puede controlarse con seguimiento médico, medicamentos y cuidados preventivos.
Principales síntomas del asma en niños
El asma puede manifestarse de manera diferente en cada niño, pero los síntomas más comunes incluyen:
- Tos constante, especialmente por la noche o después de jugar.
- Silbidos o chillidos al respirar (sibilancias).
- Dificultad para respirar o sensación de pecho apretado.
- Cansancio excesivo al realizar actividades físicas.
- Despertares nocturnos por falta de aire o tos.
Si tu hijo presenta tos o silbidos frecuentes al correr, reír o llorar, es importante consultar con su pediatra.
Causas y factores de riesgo
El asma en niños tiene múltiples causas, que combinan factores genéticos y ambientales. Entre los más frecuentes están:
1. Predisposición familiar
Si uno o ambos padres tienen asma o alergias, el riesgo del niño aumenta significativamente.
2. Alergias y contaminantes
El polvo, los ácaros, el moho, el polen o el pelo de las mascotas pueden provocar inflamación de las vías respiratorias.
3. Infecciones respiratorias
Los resfriados o gripes frecuentes en los primeros años pueden dañar los bronquios y facilitar el desarrollo de asma.
4. Exposición al humo
El humo del tabaco o de la leña es uno de los principales desencadenantes del asma infantil en México, especialmente en zonas urbanas.
5. Aire frío y ejercicio
En algunos niños, el asma aparece o empeora al hacer ejercicio físico o al respirar aire frío.
¿Cómo se diagnostica el asma en niños?
El diagnóstico puede ser un reto, sobre todo en menores de cinco años, ya que los síntomas pueden confundirse con bronquitis o alergias comunes. El médico pediatra o neumólogo puede apoyarse en:
- Historia clínica detallada: antecedentes familiares y exposición a alérgenos.
- Exploración física: auscultación con estetoscopio para detectar sibilancias.
- Pruebas respiratorias: como la espirometría, que mide la capacidad pulmonar (en niños mayores de 5 años).
- Pruebas de alergia: para identificar los posibles detonantes ambientales.
En algunos casos, el pediatra puede indicar un tratamiento de prueba. Si los síntomas mejoran con el uso de medicamentos, se confirma el diagnóstico de asma.
Cuidados y tratamiento del asma infantil
El asma no se cura, pero se puede controlar para que el niño tenga una vida activa y sin limitaciones.
1. Medicamentos de control
Incluyen inhaladores o nebulizadores con corticoides y broncodilatadores que reducen la inflamación de las vías respiratorias.
2. Medicamentos de rescate
Se utilizan solo durante una crisis o ataque de asma para abrir las vías respiratorias rápidamente.
3. Evitar los desencadenantes
Mantén la casa libre de polvo y humo.
Lava las sábanas con agua caliente cada semana.
Evita los peluches o alfombras que acumulen ácaros.
No permitas que nadie fume cerca del niño.
4. Plan de acción personalizado
Los especialistas recomiendan tener un plan escrito de control del asma, con indicaciones sobre qué hacer ante una crisis y cuándo acudir al médico.
5. Vida activa con precauciones
Los niños con asma pueden practicar deportes, siempre que el padecimiento esté controlado y cuenten con su inhalador de emergencia.
Cuándo acudir al médico de urgencia
Lleva a tu hijo al hospital si presenta:
- Dificultad grave para respirar o hablar.
- Labios o uñas azuladas.
- Falta de respuesta a su inhalador.
- Hundimiento del pecho al inhalar.
En estos casos, podría tratarse de una crisis asmática severa, que requiere atención médica inmediata.
El asma infantil no debe verse como una limitación, sino como una condición que requiere atención, educación y prevención. Con el tratamiento adecuado, los niños pueden jugar, correr y vivir plenamente. Detectar los síntomas a tiempo, seguir las indicaciones médicas y evitar los desencadenantes son las claves para que tu hijo respire mejor cada día.
Cremas de verduras que los niños sí comen
¿Buscas una crema de verduras que tu hijo no pueda rechazar? Aquí tienes recetas rápidas, coloridas y nutritivas para niños con trucos de textura y sabor.
4 cremas de verduras (colores que enamoran)
Crema naranja “dulce y cremosa” (calabaza, zanahoria y camote)
Ingredientes: 1 cdita aceite de oliva, ½ cebolla, 1 diente de ajo, 400 g calabaza, 2 zanahorias, 1 camote chico, 1 jitomate, 3–4 tazas de agua o caldo bajo en sodio.
Paso a paso: Sofríe cebolla y ajo. Agrega calabaza, zanahoria y camote en cubos; dora por 3 min. Incorpora el jitomate, cubre con líquido y cocina 12–15 min. Licúa hasta que quede con una textura sedosa.
Tip: termina con yogur natural o un chorrito de leche de coco para un toque suave.
Crema verde “superhéroe” (calabacita, espinaca y chayote)
Ingredientes: 1 cdita de aceite, 1 poro/puerrito, 1 calabacita, 1 chayote pelado, 2 tazas de espinaca, 3 tazas de caldo/agua.
Paso a paso: Sofríe el poro; una vez suave, añade la calabacita y el chayote. Cubre con líquido y cuece 10–12 min. Agrega espinaca al final, apaga, licúa.
Tip: sazona con ramitas de epazote o albahaca para conseguir un aroma fresco.
Crema roja “asada” (jitomate y pimiento)
Ingredientes: 5 jitomates maduros, 1 pimiento rojo, ¼ cebolla, 1 diente de ajo, 1 cdita aceite, 2–3 tazas de caldo/agua.
Paso a paso: Asa jitomates, pimiento, cebolla y ajo (comal/horno) hasta que esté dorado. Retira pieles gruesas, licúa con caldo y cocina 8–10 min.
Tip: un toque de orégano y queso panela en cubitos encima dan el toque final.
Crema blanca “suave” (coliflor, papa y poro)
Ingredientes: 1 cdita aceite, 1 poro/puerro, 1 papa mediana, ½ coliflor, 3 tazas de caldo/agua.
Paso a paso: Sofríe el poro/puerro; añade la papa y coliflor. Tápalo, cocina 12–15 min y licúa.
Tip: finaliza con nuez moscada y aceite de oliva en hilo.
Toppings y presentaciones que convencen a todos
Crujientes: cuadritos de pan al horno, semillas de calabaza, totopos integrales quebrados.
Proteína amigable: huevo pochado, pollo deshebrado, queso fresco.
Diviértete con colores: sirve dos cremas a la vez (verde y naranja) vertiéndolas simultáneamente para un plato bicolor.
Textura perfecta: licúa más tiempo y añade 1–2 cditas de yogur o ricotta para extra cremosidad.
Evita agua helada o lácteos fríos directo al plato: pueden “cortar” la crema. Mantén todo tibio.
Las cremas funcionan porque son suaves, coloridas y nutritivas. Con un buen sofrito, cocciones cortas y toppings divertidos, tu peque dirá sí a las verduras sin pelea. Planea porciones, congela y rota colores para mantener el interés.
Video: Guía para armar una lonchera nutritiva para tu hijo
¿La lonchera vuelve intacta? Mami, aquí te dejo ideas ricas, sanas y que SÍ se comen.
Mitos que debemos erradicar al educar a nuestros hijos
¿Crees que los niños deben compartir sus juguetes? ¿Piensas que los menores tienen que ser amables con los adultos? ¿Consideras que la educación rigurosa hace a los pequeños más fuertes? Si respondiste que sí a estas preguntas, deberías replantearte algunas creencias falsas sobre la crianza. Te explicamos por qué.
Al criar, los padres de familia debemos evitar la rigidez, permitir a los niños expresar sus emociones, sin ser juzgados, y conocer la etapa de desarrollo que está viviendo nuestro hija o hijo. Asimismo, es necesario erradicar algunos mitos en la crianza con la finalidad de promover un cuidado infantil amoroso y propicio para un sano desarrollo, de acuerdo con María Victoria Ferrero, licenciada en psicología, durante el taller: “Desarrollo socioemocional: el peso de las palabras”.
Mitos o ideas falsas en la crianza
Estos son algunos de los mitos más comunes que hay en la crianza de los hijos, según Ferrero, especialista en el acompañamiento al desarrollo emocional de los niños. Toma nota:
Las habilidades emocionales se heredan
No. Deja de decir que tu niño salió enojón como su padre, pues eso no se hereda. Si bien no debemos descartar el componente genético, las habilidades son una cuestión de desarrollo, entrenamiento, de práctica y experiencia.
El desarrollo de las habilidades socioemocionales se basa en las primeras interacciones del niño con adultos significativos. Aunque se fortalecen en las relaciones posteriores del menor.
Los niños repiten todas las conductas que observan
Aseguras que tu niña se tira al piso desde que juega con su primo, pero esta conducta no necesariamente es por eso. Los niños no son máquinas o robots que repiten todo lo que ven, sino que ellos hacen una selección. Replican una conducta porque observan que hay una reacción en sus padres o porque consiguen atención o algo que desean.
Habría que indagar por qué un pequeño imita cierta conducta. Por qué imita tirarse al piso y no imita la conducta de guardar sus juguetes, que también hace su primo.
Los límites impiden la libre expresión de las emociones
Los límites son una forma de orientación para poder expresar una emoción del modo adecuado y favorecer la autorregulación. No se trata de sacar a un niño o niña del enojo, tristeza o angustia, sino que permanezca, pero a la vez aprenda a gestionar esa emoción, sin lastimar a otros, lastimarse a sí mismo o causar daño a objetos.
Las habilidades socioemocionales se desarrollan en la primera infancia y nunca cambian
No es así. Las habilidades socioemocionales sí cambian. También es verdad que los adultos tenemos un impacto en cómo orientamos esos cambios en la infancia. Para ello, es importante conocer la etapa de desarrollo de los infantes para saber guiarlos, pues los vínculos tempranos constituyen parte fundamental del amor propio, la confianza en sí mismo y las relaciones humanas.
La capacidad de convivir y compartir se desarrolla sola, no hay que orientarla
Por el contrario, los padres debemos conocer la etapa de desarrollo de los niños y orientarlos. Por ejemplo: Nunca obligarlos a compartir, pues este deseo puede surgir a la edad de los dos años o más adelante. Una vez que el menor conoce y entiende los beneficios que puede tener ese intercambio.
El rigor y el autoritarismohacen a los niños más fuertes
No, nunca. El rigor y el autoritarismo sí funcionan y tienen efectos en los niños, pero a través del miedo. Una niña o niño va a crecer con temor. El autoritarismo no es lo mismo que la firmeza. Al establecer límites hay que ser claros, pero no caer en el autoritarismo. Hay que dar la oportunidad a los niños de expresarse y mostrar su desacuerdo. Al mismo tiempo hay que explicarles las razones por las que ya no puede jugar o ver televisión después de cierta hora. Pero si eres de los padres que dice: “no, porque soy tu madre” o “porque lo digo yo”, estás siendo autoritaria(o).
Según la Guía del buen trato realizada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), decir palabras que violenten o lastimen a los menores tiene como consecuencia, entre otros efectos negativos, ansiedad, angustia o depresión.
Los niños pueden experimentar miedo y ansiedad, desencadenados por la presencia de un adulto que se muestre agresivo o autoritario. Algunos desarrollan lentamente sentimientos de angustia, depresión y comportamientos autodestructivos como la automutilación.
Los adultos nunca deben retractarse ni disculparse después de reaccionar frente a un niño
Al actuar de esta forma lo que tu hijo aprenderá es que nunca debe retractarse ni disculparse. Los niños aprenden más de lo que hacemos que de nuestras palabras, por eso los padres deben ser capaces de disculparse o retractarse si han cometido un error.
Los niños deben ser amables y sumisos con los adultos
Esta idea era muy común en la crianza de otros tiempos. Sin embargo, los niños no deben ser siempre amables ni sumisos. Eso los pone en riesgo. Ellos deben ser solamente respetuosos.
Los niños están obligados a compartir sus cosas con sus hermanos, primos y amigos
Es un error creer que los niños tienen la obligación de compartir. Por el contrario, hay que ponernos en el lugar del pequeño ¿Tú prestas tu celular? ¿Compartes tus objetos más preciados con la familia? Compartir no es una obligación. Y si a tu hijo le cuesta hacerlo, oriéntalo y dile que deje en casa el juguete que no va a compartir en la escuela o el parque. Se vale.
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