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CÓMO FOMENTAR UNA BUENA AUTOESTIMA
Fundamental para que nuestros hijos se desarrollen plenamente y crezcan felices. Así lo afirma la educadora Tania García en su libro Quiérete mucho, en el que nos da las claves para construir una autoestima sana desde la infancia, siendo nosotros su primer y mejor ejemplo.
¿QUÉ SE ENTIENDE POR AUTOESTIMA?
La ciencia define la autoestima como el sentimiento de valoración positiva o negativa hacia nosotros mismos. Todos podemos sentir aceptación y amor hacia nosotros, o, en cambio, rechazo. Esto nos guía en aquellas decisiones que tomamos, en nuestros intereses y objetivos, en la forma en la que nos relacionamos con los demás y, por supuesto, en el equilibrio emocional que tenemos con respecto a todas las áreas de nuestra vida.
¿CUÁNDO EMPIEZA A FORMARSE NUESTRA AUTOESTIMA Y DE QUÉ DEPENDE?
La autoestima comienza a construirse prácticamente desde que estamos en el vientre materno, ya que todos los factores que tengan relación directa con nuestra vida, con cómo somos tratados, valorados y amados, cuentan. En el caso de nuestras hijas e hijos, aportarles una autoestima real, que es la adecuada y la que todas las personas deberíamos aspirar a conseguir, depende de dos factores principales: el trato que les damos y el ejemplo de autoestima que les aportamos.
¿QUERERSE ES FUNDAMENTAL PARA PODER QUERER A LOS DEMÁS?
Sin duda. Demostrar amor incondicional no es algo que se consiga a través de una palabra o un gesto, sino que se trata de algo permanente, mantenido en el tiempo. Por lo tanto, no puede ser variable en función de nuestro estado de ánimo, del estrés que tengamos acumulado por la rutina y el trabajo, del comportamiento de nuestros hijos, etc.
Para lograr el equilibrio emocional que todas las personas necesitamos, y así aportar a nuestras hijas e hijos el amor incondicional que necesitan para desarrollarse de manera óptima y plena, primero tenemos que querernos a nosotros, aceptarnos tal y como somos (con nuestros defectos y virtudes), perdonarnos en nuestros errores aprendiendo de ellos y, por supuesto, poniendo límites asertivos a aquellas personas que influyen negativamente en ese sano equilibrio emocional que tanto necesitamos.
Todo guarda relación. Por ello, tener una autoestima saludable es muy importante para poder dar a nuestras hijas e hijos ese amor incondicional que tanto necesitan para un correcto desarrollo emocional.
¿CÓMO AFECTA NUESTRA AUTOESTIMA A LA HORA DE EDUCAR A NUESTROS HIJOS?
Si nuestros hijos observan en nosotros que otras personas pueden constantemente hacernos daño o influenciarnos sin que les impongamos límites; si observan que dudamos constantemente de nosotros mismos a la hora de tomar decisiones, nos culpamos o no nos aceptamos tal y como somos, ellos lo acabarán asimilando como un comportamiento normal. Somos las personas de referencia para nuestras hijas e hijos, y lo que observen en la manera en la que nos tratamos y nos queremos será un gran pilar en la construcción y la consolidación de su autoestima.
¿NOS PODRÍAS EXPLICAR LOS NIVELES DE AUTOESTIMA?
En Quiérete mucho, dedico todo un capítulo a los tres niveles de autoestima: baja, media y real. En él, hablo en profundidad sobre cómo detectar en qué nivel nos encontramos y qué conlleva de forma práctica, para que todo el mundo pueda evaluar su propia autoestima y la de sus hijas e hijos, y, de esta manera, pueda llegar a esa autoestima real o saludable, que es el objetivo del libro.
Las grandes premisas de la autoestima real son: el respeto por uno mismo y por los demás, la empatía con uno mismo y con los demás, el amor por uno mismo y por los demás, y la lógica en nuestras acciones y en las que implican a los demás, respetando los tres principios anteriores.
La autoestima real nos ayuda a conseguir un mejor estado vital, tanto a nosotros como a nuestras hijas e hijos, y, si se trabaja en ella, no es tan difícil conseguirla como en un principio podría parecer. El verdadero problema viene dado por la nula educación emocional que la mayoría de las personas adultas hemos recibido, por lo que llegar a alcanzar esta autoestima saludable puede parecer un objetivo mucho más elevado de lo que pronto descubriremos cuando nos propongamos conseguirlo.
¿CÓMO EDUCARLOS PARA QUE CREZCAN CON UNA AUTOESTIMA SALUDABLE?
Es complicado destacar tan solo un concepto que sirva de respuesta a esta pregunta, porque, realmente, es la esencia del libro. Sin embargo, si tuviera que destacar una clave, sin duda, sería educar a través de la educación real, que contiene el respeto, la empatía, la evidencia científica, la ética, el amor incondicional, la amabilidad, el acompañamiento emocional, la lógica, y que está libre de adultocentrismo.
¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES ENEMIGOS DE LA AUTOESTIMA DE NUESTROS HIJOS?
Para hablar de estos enemigos, tenemos que hablar del adultocentrismo, que es el pensamiento imperante aún en nuestra sociedad, y que trata a niñas y niños como si no tuvieran los mismos derechos que las personas adultas. El adultocentrismo ve como correcto chantajear a un niño para que deje de llorar, amenazarlo para que coma todo lo que se le ha puesto en el plato (aunque nos comunique que ya está lleno), castigarlo por no hacer las cosas tal y como un adulto quería que las hiciera, hacerlo callar y no respetar ni valorar su opinión porque otro adulto está hablando, compararlo con otra persona sin reflexionar en cómo esto puede afectarlo, etiquetarlo, o jalarlo, pegarle de manera normalizada porque se frusta y grita. Todo lo que no sea tratar a una niña o un niño con respeto, comprendiendo su verdadera naturaleza emocional, es un serio enemigo para su autoestima.
¿ES POSIBLE MODIFICAR Y REEDUCAR LA AUTOESTIMA?
Claro. La autoestima puede ser cíclica y depende, en parte, de factores vitales. Pero, por encima de eso, el factor más importante es aprender sobre qué es la autoestima baja, media y real, y cómo poder lograr esta última. Realmente, es muy difícil que una persona adulta tenga una autoestima saludable si antes no ha recibido una educación emocional real, y este es el caso de la gran mayoría de las personas adultas. Por eso, la mejor herramienta para que podamos lograr una autoestima saludable y podamos transmitirla así a nuestras hijas e hijos es el aprendizaje y el conocimiento para lograr este objetivo.
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¿YA PUEDE AYUDARME EN CASA?
La edad no es una limitante para que tu pequeño se haga cargo de sencillas labores en el hogar.
Además de consentir a tu lindo angelito, también debes educarlo y enseñarle ciertos hábitos desde temprana edad. Si tu hijo ha dejado de ser un bebé y deseas que así como disfruta de su niñez y los juegos, también colabore y reconozca la importancia del orden y la limpieza en casa, te compartimos algunas tareas que sin problema puede desempeñar, de acuerdo a su edad.
TAREAS PARA LOS MÁS PEQUEÑOS: 3 A 4 AÑOS, QUE COMIENCEN CON…
- Guardar sus juguetes en el lugar correcto.
- Acomodar libros y cuentos en las repisas.
- Colocar su ropa sucia en el cesto.
- Tirar la basura de sus dulces en el bote.
UNA BUENA EDAD PARA INICIAR: 4 A 5 AÑOS, TU HIJO PUEDE…
- Alimentar a las mascotas.
- Limpiar si derrama líquidos.
- Ordenar su cama.
- Regar las plantas del jardín.
- Preparar un sándwich.
- Limpiar la mesa de la cocina.
- Doblar su ropa limpia.
- Ayudar a poner la mesa.
¿Y SI ES MÁS GRANDE? 6 A 7 AÑOS, MOTÍVALO A…
- Reunir la basura y reciclarla.
- Doblar las toallas de la familia.
- Poner los platos sucios en el tarja de la cocina.
- Emparejar calcetines.
- Regar el pasto.
- Pelar papas, zanahorias y chícharos.
- Reemplazar el papel higiénico cuando éste se haya terminado.
COMO MAMÁ O PAPÁ
- No subestimes a tu hijo. No pienses que no puede llevar a cabo alguna tarea doméstica.
- Reconoce su ayuda y colaboración. Por mucho o poco que haga, agradécele e impúlsalo a que continúe.
- No esperes demasiado. Sé tolerante y paciente ya que al inicio no saldrá como se lo has pedido.
- Jamás le pagues. Para despertar en tu hijo el sentido de apoyo familiar, colaboración y ayuda, evita condicionarlo al ofrecerle dinero.
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HÁBITOS DE LIMPIEZA PARA PREVENIR ENFERMEDADES
Cuidar la salud es muy importante para prevenir enfermedades en los niños y que ellos puedan desarrollar todo su potencial, para ello es necesario llevar a cabo acciones diarias que los cuiden de diversas enfermedades, como la limpieza en casa y enseñarles buenos hábitos de higiene.
INCULCA Y FOMENTA EN TODA TU FAMILIA EL LAVADO DE MANOS
Desde una temprana edad es crucial enseñarle al niño a lavarse correctamente las manos, para prevenir enfermedades. De acuerdo con el CDC (Centro para el control y prevención de enfermedades), aproximadamente 1.8 millones de niños mueren cada año debido a la presencia de enfermedades diarreicas y otras relacionadas con la neumonía.
La recomendación es lavarse las manos frecuentemente, sobre todo, después de estar en contacto con el alimento de una mascota, sus heces, después de ir al baño, antes y después de comer y al terminar la hora de jugar en especial en exteriores.
En la web se encuentra mucha información y guías para que los pequeños aprendan cuál es la forma correcta de lavarse las manos. Desde gráficos hasta canciones que invitan a los niños a realizar este hábito de higiene para hacerlo divertido.
LIMPIA LAS SUPERFICIES A PROFUNDIDAD
A los niños les encanta moverse por toda la casa, correr, arrastrarse en el piso para jugar o simplemente distraerse. Para garantizarles un entorno higiénico, es necesario asear a profundidad pisos y alfombras de todos los lugares donde suele estar: sala, comedor, cocina, habitaciones.
Ahí es donde proliferan más gérmenes, virus y todo tipo de bacterias que pueden comprometer la salud de tus peques. Puedes establecer un programa de limpieza diario para ciertas áreas y semanal para otras con productos no tóxicos y amigables con el ambiente que dejen todo limpio y desinfectado.
Entre los métodos de limpieza está la que se hace a vapor, ya que de acuerdo con expertos elimina hasta el 99.99% de los coronavirus en suelos duros, azulejos, espejos, ventanas y superficies de vidrio, entre otros.
LAVA Y DESINFECTA SUS JUGUETES
La consultora Ipsos realizó un estudio durante el confinamiento en el cual se reveló que, a partir de la pandemia, siete de cada 10 madres de familia limpian con más regularidad los juguetes y áreas de juego de los menores en casa. Un juguete puede ser una vía de transmisión de gérmenes, por lo que es necesario desinfectarlos con regularidad.
Hay que recordar que tanto los bebés como los niños pequeños suelen convivir con sus juguetes durante mucho tiempo e incluso se los llevan a la boca. Además de usar agua y jabón para lavarlos considera emplear algún tipo de desinfectante para acabar con los microorganismos.
Los peluches también se deben lavar y desinfectar. Revisa las instrucciones de limpieza para hacerlo.
ASPIRA LAS SUPERFICIES CON REGULARIDAD
Para prevenir enfermedades en los niños es fundamental que si tienes alfombras y tapetes pases la aspiradora con regularidad, en lugar de la escoba porque ésta levanta mucho polvo. Actualmente hay en el mercado diversos tipos de aspiradoras que te garantizan una limpieza profunda o bien que cuentan con aditamentos para atrapar el polvo y la suciedad. Para que tu casa se mantenga libre de suciedad, es recomendable aspirar las superficies dos veces por semana, en caso de que haya mascotas procura quitar pelos y polvo todos los días.
¡IMPORTANTE! GUARDA BIEN LOS PRODUCTOS DE LIMPIEZA
Los productos de uso doméstico para la limpieza y otros se deben guardar en un armario cerrado y con llave al que los niños no tengan acceso. Éstos pueden representar un riesgo para su salud. Por ejemplo, alcohol, cloro, productos de limpieza, medicamentos, desinfectantes, pilas alcalinas, entre otros.
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EL PRIMER DÍA EN EL KINDER
Entrar al kinder es un gran paso en la vida de tu pequeño, por eso no debe resultarte extraño que surjan algunas dudas y temores, debes estar preparada para brindarle tu apoyo y sobre todo tu amor. Recuerda: La actitud de los padres es de suma importancia para la adaptación a este cambio.
Los niños enfrentan su primer día de clases de distintas formas dependiendo de factores como su temperamento y experiencia previa. Es más fácil para pequeños que han asistido a la guardería o han estado expuestos a diferentes ambientes sociales y están acostumbrados a enfrentar distintas situaciones. Si se trata de un hijo único, le puede resultar más difícil separarse de los padres.
¿QUÉ HAGO SI MI HIJO LLORA?
- Nunca ceder ante el llanto y llevarlo a casa porque se está dando un mensaje equivocado.
- No amenazar al niño con castigos si no entra a la escuela.
- No ofrecer regalos al niño por entrar a la escuela, ya que eso generaría en el menor un comportamiento negativo para ser premiado.
- Ir con el niño a un espacio del colegio que no sea la entrada de la escuela para ahí tranquilizarlo.
- Hablar con el niño en palabras sencillas para explicarle que debe ir a la escuela y que al igual que a los demás niños no le pasará nada.
- Llevar al niño a su salón o dejar que una profesora lo lleve.
- Nunca quedarse a ver al niño por una ventana o una reja ya que solo se prolonga el sentimiento de nostalgia en el menor.
- Si el llanto persiste durante varios meses, es recomendable platicar con sus maestras para conocer cómo es la interacción del niño con sus compañeros.
10 CONSEJOS ÚTILES
- Antes de que entre a la escuela, platica con él y explícale que ha crecido y que es tiempo de ir a la escuela.
- Aclárale que se quedará ahí por un rato, pero volverás por él; es muy importante que no sienta que lo abandonas.
- Prepara todo un día antes para evitar que el niño perciba un ambiente estresante en la casa. Tener todo listo evitará retrasos y apuros innecesarios por la mañana.
- Ve de compras con él para que escojan su mochila, lonchera y algunas prendas que llevará al colegio.
- Procura que se duerma temprano, de esta forma estará descansado al otro día.
- De preferencia debes ser tú o papá quien lo lleve y lo recoja, ya que esto le proporcionará seguridad.
- Cuando lo dejes, hazlo con la mayor naturalidad posible.
- No llegues tarde por él, ya que le dará terror que lo abandones.
- Si comienza a llorar, mantén la calma y trata de no gritarle.
- Cuando lo recojas no lo interrogues de todo lo que hizo en la escuela, dale la confianza de que poco a poco te cuente su día.
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