Semana 29


Ya estás en la SEMANA 29
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BEBÉ
La cabeza de tu OMEGApeque alcanza la misma proporción que tendrá al nacer. El feto ya es capaz de regular su temperatura corporal, aunque no de forma perfecta. ¡Hace 500 ml de pipí al día!

MAMÁ
A partir de esta semana, notarás que los movimientos de tu bebé cambian de intensidad, puesto que el espacio del que dispone en el útero para moverse empieza a escasear.

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XPARTOX

Un parto como tú quieres

El momento del parto está cada vez más cerca, pero, ¿tienes claro cómo quieres que sea? Si tu embarazo transcurre sin complicaciones, puedes elegir tener a tu bebé de forma natural, sin intervenciones y siendo parte activa de todo el proceso.

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Natural, más humanizado, suave, activo… Las etiquetas se han multiplicado en los últimos años. Pero todas conducen a la misma idea: un parto sin interferencias, en sintonía con el propio ritmo del cuerpo; sin intervenciones médicas o farmacológicas innecesarias; en la intimidad hasta el momento de dar a luz y sin tener que separarse después del bebé. El principio básico solo es uno: volver a vivir el parto como un acontecimiento lo más normal posible. Una actuación que puede aplicarse al 80% de los embarazos, los fisiológicos, que se desarrollan sin complicaciones y no suponen un riesgo para la mamá y el bebé.

PARTO NATURAL
No es correcto definir como parto “natural” un nacimiento que se produce por vía vaginal, sin grandes complicaciones. En el lenguaje común, en efecto, este término solo indica que el niño nace sin cesárea. Pero, si se habla de parto natural auténtico, deben producirse ciertas condiciones. De otro modo, no se puede considerar natural, como, a veces, sucede en algunos centros que lo proponen de palabra, pero que, después, ofrecen una asistencia tradicional.

> Antes que nada, es necesario proteger la fisiología, permitir que el parto se inicie espontáneamente y evitar, en todo lo posible, acelerar el proceso con la administración de oxitocina o la ruptura artificial de las membranas. Para que las hormonas que intervienen en el trabajo del parto desarrollen su función, no se debe molestar a la mujer; su intimidad debe respetarse; debe poder escuchar su instinto; ser libre para moverse y elegir la posición que desee. Es decir, debe ser ayudada a dar lo mejor de sí misma. El parto es, en la mayoría de los casos, un acontecimiento fisiológico, esto es, un fenómeno normal que el cuerpo de la mujer es capaz de afrontar con sus propios recursos si a su lado hay un ginecólogo que la ayude. El dolor, tan demonizado hoy en día, forma parte de la experiencia. Puede ser tolerable sin tener que recurrir a la epidural, si, por ejemplo, se permite que la mujer se sumerja en agua caliente.

> No existe ninguna razón médica que impida la libre elección de la posición para pujar ni para dar a luz al niño del modo que se prefiera. Además, es fundamental que la mamá y el pequeño no sean separados y que su relación inicial no se altere. Se trata, en definitiva, de una serie de requisitos que no siempre están garantizados, incluso en los hospitales en los que se ofrece la posibilidad de un parto natural.

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PARTO SUAVE
En el parto natural, la mamá debe poder concentrarse en sí misma. Y el recién nacido debe ser acogido del modo más suave posible. Por este motivo, un parto, si es natural, también debe resultar “suave”. Este término nació en los años 60, cuando el ginecólogo francés Frédérick Leboyer teorizó sobre un nacimiento sin violencia.

> El ambiente debe ser acogedor durante el parto, adaptado a las exigencias de la mamá: tranquilo, cómodo, silencioso, sin personas desconocidas que entren y salgan. El trabajo de parto es una experiencia de amor y, como el amor, está guiado por la misma hormona, la oxitocina: he aquí por qué el “escenario del parto” no debe alterarse.

> La misma atención debe reservarse para el bebé que está a punto de nacer. El recién nacido es muy sensible a la luz y a los ruidos, al frío y al calor; puede sentirse abandonado y asustarse. Por lo tanto, aunque nazca en una sala de partos, debe ser acogido en penumbra, en silencio, retrasando el corte del cordón umbilical hasta que éste deje de latir para garantizar un paso menos traumático a la respiración pulmonar autónoma. En cuanto nace, se debe apoyar al niño en el abdomen de la mamá: el intercambio de miradas estimula la producción de oxitocina, que favorece la expulsión de la placenta y, en los minutos siguientes, permite al recién nacido buscar el pecho materno, secundando su instinto primario.
El adjetivo “suave”, en resumen, es una etiqueta que no se aplica tanto al parto en sí, sino al ambiente, a la atmósfera en la que debería tener lugar cualquier nacimiento.

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PARTO ACTIVO
La clave de cualquier parto natural es que la mujer sea la protagonista, a todos los efectos. Por este motivo, en los años 80, Janet Balaskas quiso poner el acento en este aspecto, fundando el International Active Birth Movement (Movimiento Internacional para el Parto Activo).

> Es la mujer la que debe ser el centro del acontecimiento y la que debe elegir cuáles y cuántos son los exámenes que hay que realizar durante el embarazo, así como la modalidad del parto: cómo, dónde y con quién nacerá su hijo. Todo el período perinatal, antes y después del nacimiento del niño, se recuerda durante toda la vida e influye en la propia autoestima y en la confianza en sus propias capacidades y competencias maternas.

Durante el trabajo del parto, sobre todo, cualquier mamá debería ser el centro de atención, con sus necesidades y su forma personal de gestionar estas experiencias, actuando siempre de una forma activa y protagonista. No se trata de una técnica precisa, sino solo de la posibilidad de secundar el propio instinto, como es natural. La mamá puede dar a luz de pie, agachada, apoyada sobre su pareja, a gatas o en la cama, o utilizar instrumentos que puedan ayudarla: una cuerda colgada del techo, una espaldera, un taburete, camillas arqueadas, pelotas, colchonetas, etc. Sin embargo, cuidado: crece el número de hospitales que ofrecen ambientes acogedores y bien decorados, pero no la posibilidad de dar a luz en posiciones diferentes a la denominada litotómica, es decir, acostada boca arriba, con las piernas abiertas y flexionadas. Una posición que no tiene nada de fisiológica y de natural.

 

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XBIENESTARX

Aprende a respirar

El estrés, el embarazo y la ansiedad pueden obstaculizar esta función natural que proporciona “nutrición” y energía a todo el cuerpo. Veamos cómo recuperar el ritmo adecuado y sentirte invadida por un agradable bienestar.

 

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Es una función a la que debemos la vida, puesto que constituye la principal fuente de energía para el organismo y garantiza el correcto desarrollo de todas sus actividades. Sin embargo, en algunos casos, la respiración puede resultar dificultosa y no ser lo suficientemente eficaz para garantizar al organismo una correcta oxigenación y, por lo tanto, un buen funcionamiento. Sepamos por qué es útil conocer los “secretos” de la respiración y aprendamos unos sencillos ejercicios para favorecerla.

CUANDO TE FALTA AIRE
A veces, incluso en ausencia de patologías específicas, la respiración puede resultar“defectuosa” y la oxigenación insuficiente.

> Estas son algunas de las causas más comunes de la dificultad respiratoria: el estrés, que determina una contracción involuntaria de los músculos y, en consecuencia, una menor expansión de la caja torácica; la contaminación; una bronquitis o el asma; o bien un viaje en avión, que obliga a adoptar una posición incómoda durante mucho tiempo en un ambiente seco y enrarecido.

> Hay que hacer una mención especial al caso del embarazo: el aumento de tamaño del útero comporta la elevación del diafragma y la consiguiente sensación de falta de aire. Sin embargo, no hay nada que temer, puesto que el organismo posee unos estupendos mecanismos de autorregulación, como el bostezo, que garantiza la entrada de una gran cantidad de aire en los pulmones a través de una sola inspiración.

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DIAFRAGMÁTICA Y TORÁCICA
Cuando un bostezo no es suficiente para restablecer la correcta respiración, se puede recurrir a algunas técnicas, capaces de “reeducar” al organismo para la respiración profunda, es decir, la diafragmática, típica de los bebés, que aprovechan toda su capacidad pulmonar. En la práctica, mientras que los adultos suelen bloquear la inspiración a la altura del esternón, es decir, por encima del diafragma y solo dilatan el tórax, los niños inspiran “hinchándose” hasta el abdomen.

> La respiración torácica tiene la desventaja de incrementar la actividad del sistema neurovegetativo simpático y de favorecer, por lo tanto, los estados de ansiedad. Por ejemplo, durante los ataques de pánico, suele tener lugar el bloqueo de la respiración diafragmática y el incremento de la adrenalina, que aumenta la frecuencia del ritmo cardiaco y empeora la situación.

> Con la respiración diafragmática, también se puede favorecer el sueño y, en general, la contención de diferentes estados inflamatorios, como la colitis, la gastritis y las cefaleas músculo tensionales. Asimismo, en el caso de las mujeres embarazadas, la respiración diafragmática contribuye a prevenir el estreñimiento, ya que ejerce un masaje profundo en las franjas musculares del vientre.

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EJERCICIOS EN EL EMBARAZO
Una de las técnicas de respiración útiles en el embarazo es la “yóguica completa”, que ayuda a alcanzar una mayor conciencia del cuerpo, así como a relajarse.

> Pruébalo así. Inspira lentamente, partiendo de la base del vientre. Después, asciende hacia el tórax y las clavículas. Favorece la concentración desplazando las manos de abajo hacia arriba para “acompañar” la respiración.

> Por qué es beneficiosa. Este ejercicio sencillo proporciona una mayor cantidad de oxígeno a la futura mamá y a su hijo. Además, representa un buen remedio contra las náuseas.

> Lo que hay que evitar. No todas las técnicas de respiración son adecuadas durante el embarazo. Por ejemplo, el Bastrika Pranayama, que se concentra en la expansión y la retracción del abdomen con un movimiento rápido, no debe practicarse durante los nueve meses.

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LA TÉCNICA DE LAS MANOS SOBRE EL ABDOMEN
Entre las numerosas técnicas de respiración, existe un ejercicio muy sencillo, adecuado para todos, que se utiliza incluso en los cursos de relajación profunda y de introducción al yoga.

1 Acuéstate en el suelo con las piernas flexionadas, de manera que la columna vertebral se encuentre en contacto con el suelo, incluido el tramo lumbar.

2 Coloca las manos sobre el abdomen y, respirando naturalmente, observa durante unos minutos el efecto que el aire inspirado produce en tu cuerpo.

3 Si tus manos no se elevan al menos un poco, intenta inspirar más profundamente. Si se mueven ligeramente, significa que ya aprovechas en buena parte tu capacidad pulmonar, pero que puedes hacer más. Por el contrario, si se elevan notablemente y el abdomen se hincha, puedes considerar que disfrutas de una respiración casi perfecta.

4 Para ampliar el recorrido del oxígeno en tu cuerpo, puedes imaginar la masa de aire que llega agradablemente a la zona de la garganta, el esternón y el estómago, y que acaba en el ombligo.

5 Después, siguiendo con la musculatura abdominal, provoca el impulso de ascenso del aire para dejarlo salir lentamente de la boca.

6 Mantén los pulmones vacíos durante unos segundos antes de volver al punto inicial. Repite el ejercicio todos los días, antes de dormir, durante unos diez minutos.

EL RESULTADO. La sensación de “falta de aire” desaparecerá, del mismo modo que la tensión muscular en la zona gástrica y abdominal, y te sentirás invadida por un agradable bienestar.

XSALUDX

Incontinencia: cómo prevenirla o tratarla

El embarazo y el parto pueden predisponer a la mamá a sufrir pérdidas de orina. Te proponemos unos sencillos ejercicios que te ayudarán a prevenir este trastorno o a recuperar el control de la vejiga si la incontinencia ya se ha manifestado.

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La incontinencia urinaria es un trastorno que afecta a muchas embarazadas o mamás recientes. El aumento de tamaño y el desplazamiento del útero, junto a los cambios hormonales, pueden favorecer la aparición de este trastorno. El peso del bebé oprime la vejiga y el resto del aparato urinario, dificultando el control de la micción. Si a esto se añade la elevada producción de orina, consecuencia directa de las modificaciones hormonales, podemos entender por qué pueden surgir dificultades. Durante la fase del parto, se pueden producir daños que pueden afectar al estiramiento de los ligamentos, los músculos y los nervios del suelo pélvico (es decir, el área muscular que sostiene el aparato urinario). Estos daños, originados por los empujones del parto, pueden favorecer también la incontinencia.

PREVENCIÓN Y RECUPERACIÓN
> Para evitar “sorpresas” en el embarazo y tras el parto, hay que entrenar los músculos del suelo pélvico
para que estén más fuertes y, por lo tanto, sean más eficaces a la hora de retener la orina. También es importante aprender a relajar estos músculos para poder empujar bien en el momento del parto. ¿Qué se puede hacer?
> Ante todo, aprender a identificar y contraer los músculos adecuados para poder ejercitarlos después con la ayuda de algunos ejercicios. Se trata de un objetivo aparentemente sencillo, pero no lo es, dado que muchísimas mujeres están poco familiarizadas con esta parte de su cuerpo. Por este motivo, en los cursos de preparación al parto, se da mucha importancia al conocimiento del suelo pélvico y a los ejercicios para prevenir la incontinencia.
> De todos modos, algunos ejercicios preventivos son sencillos y se pueden realizar durante el embarazo, independientemente de la presencia o no del trastorno. Asimismo, la mamá puede recurrir a otras técnicas de tonificación de la musculatura, como el biofeedback, que favorece la toma de conciencia de la actividad pélvica a través de señales visuales y auditivas, o la estimulación eléctrico funcional.

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> Los ejercicios propuestos ayudan a limitar el riesgo de incontinencia urinaria, aunque no pueden resolver por sí solos un problema ya instaurado.
Por lo tanto, es importante reconocer los síntomas del trastorno durante el embarazo o en las primeras semanas tras el parto. Habrá que dirigirse al médico de forma inmediata si se nota un dolor persistente en el periné, cuando no podemos contraer o relajar los músculos del suelo pélvico o advertimos la presencia de un prolapso, es decir, de un descenso del aparato urinario o del útero.

CÓMO ELIMINAR EL PROBLEMA
> Hoy en día, la incontinencia que permanece después del parto se cura con éxito mediante rehabilitación en siete de cada diez casos.
No obstante, cuando no funcionan estos tratamientos ni las terapias farmacológicas específicas, se puede considerar la posibilidad de someterse a algunas técnicas quirúrgicas que pueden curar las formas más importantes de incontinencia.

> En caso de sobrepeso, lo primero que hay que hacer es perder los kilos sobrantes para no cargar demasiado el suelo pélvico, lo que empeoraría la incontinencia. Asimismo, es preciso controlar el estreñimiento y evitar el humo del tabaco (que aumenta la tos y, por tanto, la incontinencia de esfuerzo).

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EJERCICIOS QUE TE AYUDAN
Para empezar, hay que aprender a reconocer los músculos del suelo pélvico para, después, saber contraerlos correctamente. La posición de partida es la siguiente: acostada sobre la cama (con algunos cojines debajo de la espalda), con las piernas flexionadas y ligeramente separadas. Luego, hay que evocar la sensación de querer retener la orina o cerrar la vagina (cuando pongamos en práctica el ejercicio, debemos tener cuidado en no contraer otros músculos, como los glúteos). Una vez que se ha aprendido bien el movimiento, se puede repetir siguiendo ejercicios específicos, como los expuestos a continuación.

EJERCICIO 1
En posición semisentada, sobre la cama, contraer los músculos del suelo pélvico durante 1-2 segundos mientras se exhala (se expulsa el aire). Después, relajar completamente durante 4-5 segundos. Repetir el ejercicio cinco veces.

EJERCICIO 2
En la misma posición, contraer los músculos del suelo pélvico durante cinco segundos (sin retener la respiración). A continuación, relajar completamente durante diez segundos. Repetir el ejercicio cinco veces.

EJERCICIO 3
Repetir los ejercicios 1 y 2 permaneciendo sentada sobre una silla (o en el inodoro), con el cuerpo ligeramente inclinado hacia delante.

EJERCICIO 4
De pie, con el cuerpo ligeramente flexionado y los brazos apoyados en una mesa, repetir los ejercicios 1 y 2.

¡Atención! La serie completa de ejercicios debe repetirse tres veces al día.

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Reflexología: todos sus beneficios

La reflexología te puede ayudar a combatir algunos de los molestos trastornos del embarazo. Para disfrutar de todos sus beneficios, solo hay dos condiciones: consulta primero con tu ginecólogo y ponte en manos de un profesional de confianza.

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La reflexología podal o masaje del pie por zonas es una técnica de origen muy antiguo (al parecer, los primeros en practicarla fueron los egipcios, hace más de 4,000 años). La reflexología se importó a Occidente a principios del siglo pasado gracias al médico norteamericano William Fitzgerald. Partiendo de estudios de las terminaciones nerviosas de las extremidades del cuerpo, este médico reconstruyó un “mapa podal”, que coincide, en gran parte, con los elaborados por los indios y los chinos, auténticos expertos de esta disciplina. Basándose en este mapa, a través de la manipulación del pie, podemos actuar en todo el cuerpo, aliviando trastornos que afectan a otros órganos. Asimismo, a partir de los pies obtenemos información útil sobre el estado de salud general, además de poder prevenir la aparición de algunas molestias incluso antes de que los síntomas se presenten.

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VENTAJAS PSICOFÍSICAS
A través de la manipulación del pie se trabaja sobre las zonas reflejas del sistema nervioso, estimulando, al mismo tiempo, la liberación de endorfinas, sustancias que actúan de forma positiva tanto sobre el dolor físico -con un efecto analgésico- como sobre el malestar psicológico -favoreciendo el buen humor y aportando una sensación de tranquilidad-. Desde el punto de vista general, la reflexología aporta muchos beneficios.

> El masaje favorece la circulación sanguínea, estimulando el retorno venoso y mejorando la irrigación de todos los órganos. Se trata de un aspecto importantísimo en el embarazo, cuando, por razones hormonales y por el peso del abdomen, la circulación es más dificultosa, y es fácil sentir pesadez e hinchazón en las piernas. Masajear el pie de acuerdo con la técnica de la reflexología proporciona un beneficio equivalente a un paseo, pues estimula la bomba plantar, un cojín venoso situado en la planta del pie que bombea la sangre hacia arriba. Por este motivo, podría aliviar a las mujeres que, por diversos motivos, se ven obligadas a pasar un período de su embarazo en reposo. Ante esta situación, no obstante, es absolutamente necesario comprobar antes con el ginecólogo que no existen contraindicaciones para efectuar el tratamiento.

> La reflexología podal también influye positivamente en el sistema inmunitario, estimulando los mecanismos de autodefensa del organismo.

> Además, actúa sobre el aparato respiratorio, mejorando la oxigenación de los tejidos y ayuda a eliminar las toxinas a través del sistema linfático, con un gran beneficio para las personas a las que se les hinchan las extremidades.

> Asimismo, estimula el funcionamiento del bazo, órgano cuya principal función es la producción de linfocitos, células importantísimas para nuestro sistema inmunitario, dado que pueden producir anticuerpos e inmunoglobulinas.

> Por último, existe otra consideración: el pie “detecta” ciertos trastornos incluso antes de que se manifiesten. Por ejemplo, si se produce una infección de garganta, el reflexólogo es capaz de darse cuenta antes de que se presenten los primeros síntomas, lo que permite actuar a tiempo y prevenir posibles complicaciones.

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UNA AYUDA EN EL EMBARAZO
Determinadas presiones sirven para combatir trastornos específicos del embarazo.

> Durante los nueve meses, los reflexólogos trabajan puntos reflejos de la columna vertebral, que es una zona sujeta a un sobreesfuerzo significativo debido al crecimiento de la pancita y al consiguiente cambio de postura. Asimismo, actuando sobre la zona refleja del intestino, se puede combatir de forma eficaz el estreñimiento, “compañero” frecuente de las futuras mamás. Las presiones específicas también sirven para aliviar algunos trastornos digestivos, como el reflujo gastroesofágico y la acidez de estómago, que suelen afectar a la mamá al final del embarazo. 

> La reflexología también puede resultar útil si el feto está en posición podálica. En particular, se intervine sobre un punto situado en el ángulo externo de la uña del dedo meñique, el mismo que se estimula con otros métodos naturales, como la moxibustión o la acupuntura: la diferencia es que, en lugar del cigarro de artemisa o de las agujas, se utilizan los dedos del terapeuta.

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CONTRAINDICACIONES
¿Existe alguna contraindicación para realizar el tratamiento durante el embarazo?

> La reflexología podal se puede efectuar con total tranquilidad. No obstante, es conveniente tener la precaución de evitar los tratamientos en el primer trimestre del embarazo con fines preventivos. También debe evitarse en los embarazos de riesgo. Asimismo, en las mujeres embarazadas nunca se debe tocar la zona correspondiente al aparato genital hasta el término de la gestación. Por precaución, tampoco se toca el sistema endocrino para evitar interferir en el delicado equilibrio hormonal propio de los nueve meses. Solo hacia el final (y también después del nacimiento del bebé, si la mamá lo desea), se puede intervenir en la glándula mamaria y en la secreción de prolactina, con el fin de favorecer la puesta en marcha de la lactancia.

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Contracciones, ¿cuánto sabes?

Responde a las preguntas de nuestro test y aprende a reconocer los diferentes tipos de contracciones para estar más preparada de cara al parto.

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I1  Durante los nueve meses:
A > Siempre se producen contracciones.
B > Solo se producen cuando empieza la dilatación.
C > Las contracciones se advierten únicamente en el segundo embarazo.

I2  El término “precoces” indica:
A > Que podrían desencadenar un parto prematuro.
B > Una dilatación rápida.
C > Un adelanto de la dilatación.

I3  Las contracciones de Braxton-Hicks se manifiestan:
A > En la última etapa de la dilatación.
B > Con la expulsión de la placenta y las secundinas.
C > En las últimas semanas de embarazo.

I4  Durante la dilatación, las contracciones:
A > Empiezan a intervalos irregulares y, después, se vuelven regulares.
B > Empiezan siendo regulares y, después, se vuelven irregulares.
C > Se presentan con una frecuencia imprevisible.

I5  Los “entuertos”:
A > Se notan justo después del parto.
B > Se notan, sobre todo, durante la lactancia.
C > Es raro notarlos.

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RESULTADOS

1 = A. Siempre se producen
En cualquier período del embarazo, el útero puede endurecerse de repente. Si las contracciones no producen dolor, no hay que preocuparse; se trata de contracciones fisiológicas debidas a un espasmo de la musculatura uterina, quizás, porque la vejiga está llena y aplasta un poco el órgano, o bien porque la futura mamá está realizando un esfuerzo intenso, o incluso está acariciándose la pancita y el niño responde moviéndose. Una vez cesa la causa “desencadenante”, la contracción termina y todo vuelve a la normalidad.

2 = A. Contracciones que podrían provocar un parto prematuro
La futura mamá también puede notar otro tipo de contracciones “extrañas”, más intensas y frecuentes, acompañadas de un dolor similar al de la menstruación. La mayoría de las veces, esta sensación pasa y la situación se resuelve. De todos modos, es preferible consultar al ginecólogo para descartar que se trate de contracciones potencialmente “precoces”, capaces de modificar el cuello del útero y poner en marcha la dilatación, lo que podría desencadenar un parto prematuro.

3 = C. En las últimas semanas de embarazo
Las contracciones de Braxton-Hicks, que deben su nombre al médico que las identificó por primera vez en 1872, también se conocen como “falsa dilatación”. Se trata de contracciones suaves, están localizadas en el bajo vientre, duran unos 30 segundos y son irregulares. Son típicas de las últimas semanas de embarazo y no resultan peligrosas.

4 = A. Son irregulares y, después, se vuelven regulares
Al principio, se advierten contracciones esporádicas y de corta duración (menos de 60 segundos). Tienen una frecuencia irregular y están acompañadas de dolores similares a los de la menstruación. Después, aparecen las contracciones características de la dilatación propiamente dicha, que se presentan con una frecuencia regular: son más dolorosas y se producen, al menos, cada cinco minutos, con una duración de cerca de un minuto. Durante el proceso, el intervalo entre una contracción y otra se acorta.

5 = B. Sobre todo, se notan durante la lactancia
Después del nacimiento del niño, el tamaño del útero empieza a reducirse progresivamente hasta recuperar la normalidad, unos 30-40 días después del parto. En los primeros días del puerperio, las contracciones llamadas “entuertos” pueden ser incluso dolorosas, parecidas a los calambres abdominales propios de los dolores menstruales, y se notan, sobre todo, durante la lactancia. Cuando el niño succiona el pecho, el organismo materno segrega oxitocina, una hormona que estimula las contracciones uterinas.

 

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