Ya estás en la SEMANA 17
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BEBÉ
Debajo de su piel, empieza a formarse un poco de grasa, cuya función será mantener al bebé caliente tras el nacimiento. A partir de este momento, ya puede oír ciertos ruidos, como el latido del corazón y los sonidos internos de la mamá, así como algunos ruidos del exterior.
MAMÁ
Las venas del pecho son evidentes; precisamente, el aumento de vascularización es lo que da lugar al aumento de volumen de las senos.
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XBIENESTARX
Un embarazo sin estrés
El embarazo es un período de grandes cambios y es normal que lo vivas con una cierta ansiedad y estrés. Te ofrecemos algunos trucos para que superes los obstáculos más habituales y vivas con serenidad esta etapa de la vida tan especial.
ALIMENTACIÓN: ESCUCHA A TU MÉDICO
“Esto no se come”, “eso está prohibidísimo”, “aquello es veneno puro”… Entre los tópicos sin fundamento y los consejos infundados de amigos y familiares, la futura mamá corre el riesgo de seguir una dieta restrictiva. Una mujer que espera un bebé no debe estar sujeta a ninguna prescripción alimentaria, ni respetar prohibiciones ni limitaciones. La única excepción afecta a las gestantes vulnerables a la toxoplasmosis, que deben evitar algunos alimentos. Sin embargo, también en este caso, los alimentos prohibidos son pocos. Por lo demás, la dieta debe ser rica, variada y de calidad.
ANÁLISIS: CONSULTA CON TU GINECÓLOGO
¿Tienes los resultados de tu último análisis y no te quedan claros? Pregunta a tu ginecólogo. En este caso, tampoco debes pedir la opinión a amigos que no tengan una adecuada preparación médica. Si tienes una relación de confianza con tu especialista, no debes dudar en pedirle explicaciones para disipar tus dudas. Precisamente, ése es su trabajo: controlarte y asistirte. Lo importante es instaurar una buena relación con la persona que cuida de tu salud y de la de tu futuro bebé.
¿CUÁNTAS PATADITAS AL DÍA?
Los movimientos del feto son una señal útil para controlar el bienestar del pequeño a partir de los cinco o seis meses, cuando la mamá empieza a percibirlos con claridad. Pero, ¿cuántos movimientos se deben percibir cada día para saber si el bebé está bien? En otros tiempos, se decía que, para estar tranquila, había que contar un mínimo de diez movimientos fetales en 12 horas. Sin embargo, pasar el día controlando las pataditas es una tortura y una fuente de ansiedad y de temores injustificados. Algunos bebés son más activos, y otros, menos. Para comprobar que todo va bien, basta con prestar atención durante unos diez minutos, tres o cuatro veces al día, a distintas horas. Siéntate en el sillón, relájate y no cuentes; limítate a sentir si el pequeño se está moviendo. Y, si una o dos veces se queda quieto, no te preocupes: ¡probablemente, está durmiendo!
NO COMPARES PANCITAS
Comparar el tamaño de la pancita es una de las actividades preferidas de las futuras mamás. El tamaño y la forma de la pancita no están directamente relacionados con el tamaño del bebé, sino que dependen de diversos factores: la constitución física de la mujer, su postura o bien una posible hinchazón abdominal.
¿Y SI NO SE DA LA VUELTA?
Si, llegado al séptimo mes, el pequeño aún no se ha dado la vuelta, tranquila, no tienes por qué alarmarte. Muchos niños se colocan en posición cefálica en el octavo mes, precisamente, cuando la futura mamá ralentiza el ritmo de sus actividades y se concede un mayor reposo. Pide a tu ginecólogo que te recomiende algunos ejercicios de relajación que ayuden al pequeño a moverse en la dirección adecuada, y espera con tranquilidad.
NO TE DEJES INFLUIR
Es natural que sientas curiosidad y necesites conocer detalles sobre la experiencia que vivirás dentro de unos meses. ¿Qué mejor fuente que una amiga que ya ha sido madre para pedir información, recuerdos e impresiones? No obstante, debes saber que cada parto es diferente a los demás. No te dejes impresionar ni te asustes si alguna amiga tuv un parto complicado. Tú no tienes por qué experimentar los mismos problemas. Más bien, concéntrate en el lado emocional del acontecimiento y pregúntale qué sintió cuando se convirtió en mamá. Si su experiencia no fue del todo positiva, intenta descubrir qué aspectos la dejaron insatisfecha y de qué manera las cosas podían haber sido distintas. En definitiva, no sufras sus experiencias de forma pasiva; intenta reelaborarlas de forma constructiva.
¿LA FECHA DEL PARTO? SHHH…
Nadie es capaz de prever exactamente cuándo el bebé vendrá al mundo. No hay nada de qué preocuparse si el pequeño nace con unos días de retraso con respecto a la fecha prevista por el ginecólogo. Los futuros papás son los primeros que deben convencerse de este hecho y no dejarse condicionar por las expectativas y por la ansiedad de los amigos y de los parientes. Si te preguntan la fecha prevista del parto, solo debes dar información genérica. Diles que no ha sido posible establecerla con exactitud, ¡cosa que es cierta! Como alternativa, comunica a tus conocidos una fecha posterior a la calculada por el ginecólogo, de manera que no tengas que defenderte de su curiosidad y de su preocupación, en el caso de que el pequeño decida “tomarse su tiempo”.
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SCST
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XBELLEZAX
Manchas en la piel: ¿cómo eliminarlas?
¿Te han empezado a salir manchas oscuras, sobre todo en la cara? Se trata del cloasma gestacional, un fenómeno típico del embarazo, consecuencia de los cambios hormonales. Veamos cómo combatirlas.
Durante los primeros meses de embarazo, a todas las futuras mamás les gusta observar frente al espejo cómo aumenta el volumen de la pancita. Es fácil que, al hacerlo, adviertan una línea oscura, que nunca antes habían notado, que desciende desde el ombligo hasta el pubis. Si observan con más atención, la gran mayoría también advertirá un oscurecimiento generalizado de la piel y de los pezones. Por último, algunas mujeres apreciarán una serie de manchas oscuras en la cara: el llamado cloasma gestacional. Se trata de fenómenos naturales, destinados a desaparecer después del parto.
UN PROBLEMA TÍPICO DEL EMBARAZO
La palabra “cloasma” significa, literalmente, “verde-amarillento” y se refiere al color oscuro de las manchas de la cara. Afecta, sobre todo, a las mujeres asiáticas y a las que tienen el pelo negro y la piel olivácea, aunque no solamente a ellas. Las manchas de cloasma suelen aparecer al final del primer trimestre, tienen los bordes irregulares y se forman, especialmente, en la frente, las mejillas y la nariz, dibujando, en algunos casos, una especie de “máscara” en la cara.
> Durante el embarazo, además del cloasma, pueden aparecer otras manchas en la piel; por ejemplo, la llamada “línea alba”, una hiperpigmentación de la piel que aparece entre el ombligo y el pubis. En algunos casos, también surgen las llamadas telangiectasias, pequeñas manchas rojas ocasionadas por los capilares, que se distinguen, sobre todo, bajo la piel de las piernas, aunque también en el resto del cuerpo.
> Las manchas oscuras están causadas por la elevada cantidad de estrógenos y progesterona presentes durante el embarazo, que dan origen a una hiperproducción de melanina (el pigmento de la piel). Por el contrario, las manchas rojas suelen deberse a la presión ejercida por el útero (que, durante el embarazo, aumenta cada vez más de volumen) sobre los tejidos, pero también a la distensión de las paredes de los vasos sanguíneos, favorecida por la presencia de las hormonas que circulan por ellos.
PROTÉGETE DEL SOL
> Para atenuar las manchas del cloasma, o evitar que se formen, es suficiente con proteger la piel del sol, que estimula la producción de melanina y, por lo tanto, el oscurecimiento de la epidermis. Hay que aplicarse una crema solar cada dos-tres horas mientras se está al aire libre, aunque el cielo esté nublado. Cuando el cloasma aún no ha aparecido, debe elegirse un producto con un factor de protección 15, como mínimo. Si el cloasma ya se presentó, será necesario uno con FPS 50.
> Para atenuar o prevenir las manchas rojas debidas a “los capilares”, es suficiente con no utilizar prendas muy apretadas, no aumentar excesivamente de peso y no exponerse a la luz del sol durante mucho tiempo.
SUELEN DESAPARECER TRAS EL PARTO
¿Y si el cloasma y las telangiectasias ya aparecieron y se ven a simple vista?
> Se aconseja esperar al nacimiento para intervenir, ya que, después del parto, las manchas tienden a atenuarse y, en algunos casos, incluso desaparecen del todo. Para eliminar el cloasma, resultan muy indicados los “peelings” específicos, que tienen el efecto de eliminar las células pigmentadas más superficiales. Las manchas “rojas” pueden tratarse con un láser selectivo para la hemoglobina.
> Mientras tanto, se puede recurrir a cosméticos exfoliantes y “aclarantes” especiales para atenuar el cloasma, que incluso pueden emplearse durante el embarazo. También puede recurrirse a la técnica del “camuflaje” o “maquillaje terapéutico”. Se trata de un maquillaje invisible, resistente al agua y al sudor, que se utiliza en numerosos centros estéticos. Las manchas no desaparecen, pero dejan de verse, en espera de que el parto las elimine por completo.
XSALUDX
Un calambre repentino
A partir de la segunda mitad del embarazo, puede suceder que te despiertes en medio de la noche con un fuerte dolor en las piernas: se trata de calambres, contracciones musculares involuntarias, especialmente frecuentes durante este período.
> Se caracteriza por un dolor agudo que se presenta, sobre todo, por la noche. Todavía no se conoce la causa precisa de este trastorno. Probablemente, confluyen varios mecanismos, entre los que destaca la ralentización de la circulación sanguínea en las extremidades. A medida que el bebé va creciendo, adopta posiciones que presionan sobre la vena cava, el vaso que permite el retorno de la sangre venosa de la periferia al corazón. El resultado es que los músculos de las piernas reciben menos oxígeno y se producen los calambres. Asimismo, un estilo de vida sedentario, el hecho de no practicar ninguna actividad física y caminar poco no ayuda a que la sangre circule como debería. Por otro lado, una dieta desequilibrada, en concreto, carente de potasio, favorece la aparición del problema. Por último, no hay que infravalorar el hábito de fumar, que puede acentuar los trastornos circulatorios periféricos, y que se recomienda eliminar por completo en las embarazadas.
EJERCICIO FÍSICO Y VARIEDAD EN LA MESA
> Para combatir la aparición del trastorno, siempre es recomendable realizar una actividad física moderada y constante. Para este fin, las actividades más adecuadas son la natación y los estiramientos, pero también puedes dar largos paseos. Asimismo, se aconseja a las futuras mamás que beban mucha agua y que lleven una alimentación lo más variada y equilibrada posible, con alimentos ricos en magnesio y potasio (plátanos, chocolate negro, cereales integrales, frutos secos, etc.). Si el trastorno fuese especialmente acentuado, puedes recurrir a un complemento de este mineral. Cuidado con las situaciones de riesgo, como saltarte comidas o llegar a casa excesivamente cansada. Una información tranquilizadora: en general, después del parto, el fenómeno se resuelve espontáneamente, sin dejar rastro.
CÓMO INTERVENIR
> Cuando el calambre se presenta, el dolor es intenso y especialmente agudo. Para afrontarlo cuando empieza, lo único que hay que hacer es estirar el músculo afectado, masajeando la parte adolorida, incluso pidiendo ayuda a otra persona. Si el calambre se produce en el gemelo, puedes intentar poner las manos debajo de los dedos del pie y flexionarlos hacia arriba. Si el dolor se presenta mientras estás en la cama, puedes levantarte en seguida y ponerte a caminar.
> Para intentar prevenirlo, prueba a tomar algunas medidas antes de acostarte. Por ejemplo, te puedes dar un baño caliente (o meter los pies en una tina con agua caliente), y, después, darte una ducha de agua fría, con el fin de activar la circulación. Con la misma finalidad, puedes realizar un sencillo ejercicio, que consiste en poner una pelota de tenis debajo del pie y hacerla rodar en el suelo, de manera que te dé un masaje en la planta del pie (primero, en uno, y, después, en el otro). Además, te puedes poner de puntitas, ya que esto también sirve para facilitar el retorno de la sangre venosa hacia el corazón.
XNUTRICIÓNX
Antojos: ¿mito o realidad?
Son todo un clásico en las embarazadas. Pero, ¿sabes a qué se deben? ¿Tienen alguna consecuencia si no se satisfacen? ¿Qué hacer si no son especialmente saludables? ¡Descubrámoslo!
> Los antojos en el embarazo son un deseo inesperado de comer un alimento, y los tienen entre una y dos de cada cuatro embarazadas en cualquier momento de la gestación, incluso en las horas intempestivas que tantas veces han formado parte de los guiones de las películas.
> Según algunos expertos, se deben a carencias de determinados nutrientes; según otros, su causa son los cambios hormonales propios del embarazo. No obstante, al no haber estudios científicos con datos concluyentes sobre la causa de los antojos durante el embarazo, también hay especialistas que atribuyen la razón de estos deseos repentinos de las embarazadas, simplemente, a causas psicológicas, relacionadas, quizás, con una llamada de atención o con la necesidad de las futuras mamás de recibir cuidados especiales en una etapa tan sensible y delicada de sus vidas.
En cualquier caso, los antojos son una realidad para un gran número de futuras mamás, sea por la causa que sea, así que, si tienes un antojo irresistible, conviene satisfacerlo, si te vas a sentir mejor y más feliz. Sin embargo, los expertos consideran que una mujer embarazada debe prestar atención a los antojos, saboreando aquellos que son saludables y buscando alternativas para los que no lo son.
¿Un antojo insatisfecho puede causar una mancha de nacimiento en el bebé?
Si bien la sensación de tener un antojo es totalmente cierta, aunque sus causas concretas no estén del todo claras, la leyenda de que los antojos insatisfechos dejan una marca en forma de mancha en la piel del bebé entra en el terreno de los mitos del embarazo. En definitiva, este mito carece de todo fundamento científico.
¿Qué puedes hacer cuando tus antojos no son demasiado “sanos”?
Aunque los antojos del embarazo son normales y muy habituales, es importante que mantengas una alimentación equilibrada para evitar un aumento de peso excesivo. Es importante que intentes equilibrar los antojos con los alimentos que el cuerpo necesita.
Asimismo, debes saber que, si el antojo se debe a una necesidad nutricional específica, existen alimentos que pueden sustituir a los menos saludables, en caso de “ataque” repentino de hambre.
¿Cuáles son los antojos más comunes?
> El chocolate es uno de los antojos de embarazada “estrella”, pero tiene un alto nivel de calorías. En cualquier caso, si no puedes evitar comer un trocito, es recomendable que optes por el chocolate negro, que suele contener menos azúcar y grasa, y además contiene antioxidantes.
> Las frutas ácidas, como fresas, limones, naranjas… Todas estas frutas tienen en común un elevado contenido en vitamina C, hecho que se ha relacionado con la mayor necesidad de las embarazadas de consumir esta vitamina, que suele bajar en el embarazo y que, además, sirve para que el hierro se asimile mejor.
> Los helados y otros alimentos fríos. Los lácteos en forma de helado también son unos de los antojos más comunes. Nuevamente, es aconsejable comerlos con moderación y, a ser posible, eligiendo los menos grasos o cremosos. En cualquier caso, si te apetece comer lácteos, puedes optar por los yogures.
> Alimentos picantes o encurtidos. Chiles, pepinillos, salsas picantes… Se encuentran entre los “antojos top”, y no necesariamente tenían que ser del gusto de la mamá antes del embarazo. Te puedes dar el capricho moderadamente, pero también debes tener en cuenta que el picante puede provocar ardor de estómago, que las embarazadas ya suelen sufrir habitualmente en la segunda mitad del embarazo.
> Quesos. Otro de los alimentos que pueden responder a la mayor necesidad de calcio por parte de la futura mamá, y también con un considerable contenido en grasas. Para no excederte en el aumento de peso, lo puedes sustituir por verduras de hoja verde, que también contienen una buena cantidad de calcio.
> Huevos. Por su alto valor proteínico. La necesidad de proteínas también aumenta en la gestación, puesto que las proteínas son los “ladrillos” que forman los órganos y los tejidos del feto. Procura que estén bien cocinados y que no queden crudos, especialmente en verano, debido al riesgo de salmonela.
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