Ya estás en la SEMANA 12
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BEBÉ
En esta semana, se delinean los rasgos del rostro y aparece la barbilla de tu pequeñín. Tu bebé empieza a hacer pipí y a segregar bilis, y su intestino comienza a trabajar y a moverse, simulando los movimientos digestivos (peristalsis). Su corazoncito late más rápidamente: ¡unos 160 latidos por minuto!
MAMÁ
A partir de esta semana, lo más seguro es que empieces a sentirte un poco mejor y que la sensación de cansancio disminuya.
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XSALUDX
9 meses, 9 mitos
Tienes tan solo 12 semanas, pero seguro que ya habrás escuchado muchas creencias relacionadas con el embarazo que pueden haberte generado cierta confusión. Algunas son auténticos mitos sin fundamento, mientras que otras afirmaciones aún despiertan dudas. ¡Hemos recopilado algunas de ellas para analizarlas!
1 Durante el día, ¿hay que notar diez movimientos del bebé?
> Contar los movimientos fetales es una técnica que se remonta a los años 70. Hoy en día, todavía se sugiere a las mamás (a partir de las 28 semanas de gestación): se basa en la idea de que el feto está en un estado de bienestar si se pueden contar, al menos, diez movimientos en el transcurso de las 24 horas. Pero, ¿esto es así de verdad? En realidad, no existe un número de referencia: lo importante es que los movimientos del niño tengan un ritmo habitual propio, que la mamá pueda percibir a lo largo del día. Hay bebés que se mueven mucho y otros, en cambio, se mueven muy poquito. Solo si la mamá advierte una diferencia significativa con respecto a los movimientos habituales, debe dirigirse a un servicio de urgencias obstétricas, para comprobar la frecuencia del ritmo cardíaco fetal.
2 ¿El ácido fólico debe tomarse antes de empezar el embarazo?
> Existen muchos motivos para empezar a tomar esta importante sustancia desde el inicio de la edad fértil. En el embarazo, el ácido fólico alimenta las células del sistema nervioso central del niño, y se ha demostrado que, si se toma hasta el momento de la concepción y durante el primer trimestre de gestación, combate el riesgo de espina bífida (malformación de la columna vertebral) y ayuda a la mamá a perder menos hierro. Numerosos estudios clínicos han demostrado que tomar un complemento de 400 microgramos diarios de ácido fólico puede prevenir del 50 al 70% de algunos tipos de malformación. Sin embargo, es fundamental que se empiece a tomar, como mínimo, un mes antes de la concepción, y que se continúe durante todo el primer trimestre de embarazo.
3 ¿Es prudente evitar el contacto con todos los animales domésticos?
> Es mejor ser prudente únicamente en el caso de los gatos y los canarios, potenciales portadores de toxoplasmosis, si el análisis de sangre revela que no se ha adquirido la inmunidad contra esta infección. Por lo que respecta a los felinos, en los últimos años, diferentes estudios han restado importancia a su papel en este sentido, concretamente, si se trata de ejemplares domésticos, alimentados con productos enlatados y cuya caja se limpia todos los días. Sin embargo, por precaución, siempre es mejor que la futura mamá evite ocuparse personalmente de la limpieza de la caja del gato o de la jaula del canario o, en cualquier caso, que lleve guantes y se lave las manos inmediatamente después de efectuar la operación.
4 ¿Los métodos para predeterminar el sexo del bebé son fiables?
> Existen métodos conocidos, basados en el tipo de alimentación, como el de la dieta rosa o azul (rica en calcio para tener una niña o más salada si se desea un niño), que son experimentales. Solo existe un estudio en el que se demostraría que las mujeres vegetarianas suelen tener más niñas. En realidad, solo se trata de una cuestión de probabilidad.
> Intentar concebir lejos o cerca de la ovulación también carece de fundamento. No es cierto que los espermatozoides rápidos lleven el cromosoma Y, y que, por lo tanto, con la esperanza de tener un bebé varón, sea oportuno mantener relaciones en el momento de la ovulación. En este caso, verdaderamente, hay que confiar en el destino. Por lo tanto, es oportuno prepararse para acoger de la mejor manera y con alegría al bebé que vendrá, sea cual sea su sexo.
5 Durante el embarazo, ¿es preferible abstenerse de las relaciones sexuales?
> No existe ninguna contraindicación para tener relaciones sexuales, a menos que el ginecólogo haya emitido un diagnóstico de amenaza de aborto que haga necesaria la abstinencia.
> En el primer trimestre, la acción de las hormonas puede incidir negativamente en el deseo sexual: las náuseas y el cansancio son muy frecuentes, y la mujer puede no sentir ganas de mantener relaciones.
> En el segundo trimestre, la actitud casi siempre cambia. La futura mamá ya se adaptó psicológicamente a lo que le está sucediendo y se siente mejor desde el punto de vista físico.
> En el último trimestre, el volumen de la pancita y el cansancio pueden influir en la sexualidad. Sin embargo, solo habrá que encontrar formas diferentes de estar juntos.
6 Si cantas y hablas, ¿el bebé te oye?
> El pequeño puede percibir los sonidos, sobre todo, a partir del sexto mes, cuando se completa el perfeccionamiento de las estructuras del oído interno. Las vibraciones sonoras llegan al pequeño a través del líquido amniótico. Los sonidos que le llegan primero son los procedentes de la voz materna, porque se producen desde el interior y tienen una tonalidad más aguda. La voz paterna, más grave, llega después, cuando el oído se perfecciona más.
> Los distintos sonidos y ruidos pueden suscitar diferentes reacciones en el niño. La música de ritmo alto puede acelerar su ritmo cardíaco. Por el contrario, escuchar melodías relajantes, como una canción de cuna o una canción infantil tarareada por la mamá, tiene el poder de ralentizar la frecuencia del ritmo cardíaco.
7 ¿La futura mamá se tuerce los tobillos con más facilidad?
> Por efecto de la progesterona, los ligamentos son más laxos y blandos en el embarazo. Se trata de un mecanismo fisiológico que sirve para hacer más “maleable” el aparato esquelético y muscular, en función de las transformaciones que el embarazo comporta. Si los tobillos se hinchan, la sensibilidad es menor y la mamá puede apoyar mal el pie.
> Elegir el tacón adecuado es fundamental. El peso del cuerpo debería distribuirse de forma equilibrada entre la parte anterior del pie, el metatarso, y el talón. Este equilibrio se obtiene con un tacón de entre dos y cuatro centímetros de altura, que debe ser más bien ancho, de manera que el talón se apoye con seguridad. ¿Y las cuñas? Aunque no sean muy altas, impiden al pie seguir su movimiento natural correctamente, es decir, el movimiento que parte del talón y llega a las puntas mientras se camina. Además, pueden obstaculizar el retorno de la sangre venosa, provocando la hinchazón de los pies y los tobillos.
8 ¿Practicar deporte está desaconsejado?
> La actividad física es beneficiosa en el embarazo. Solo están desaconsejados los deportes que comportan saltos o variaciones bruscas de la postura. Por lo tanto, no a la equitación, al atletismo y al salto con cuerda. Asimismo, no se deben practicar actividades deportivas de esfuerzo que resulten peligrosas. El resto de los deportes están muy bien.
> Gimnasia, natación, Pilates y bicicleta estática tienen la aprobación del ginecólogo, siempre que el embarazo transcurra sin problemas. Una mamá en forma tendrá una musculatura más tónica, útil para sostener mejor la pancita y la espalda. Además, no acumulará un exceso de kilos y vivirá mejor la recuperación posparto.
9 ¿Es mejor dormir sobre el lado izquierdo?
> Con frecuencia, el bebé tiene la espalda colocada en el lado izquierdo de la pancita. Se trata de un dato favorable, porque, si permanece así hasta el parto, las rotaciones en el canal del parto serán menos “acrobáticas” y el momento de la expulsión, más fácil. Por esta razón, si la mamá duerme sobre el lado izquierdo, favorece la permanencia del bebé en este lado. De esta manera, también mejora la irrigación sanguínea de la placenta, puesto que el corazón se encuentra en el lado izquierdo.
> Además, gracias a esta posición, no se comprime la vena cava (que asciende a lo largo de la columna vertebral en el costado derecho y lleva la sangre hacia arriba), y se evitan posibles carencias. Por último, dormir sobre el lado izquierdo favorece la digestión, porque el cuerpo se adapta a la formación natural del esófago y el estómago.
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SCST
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XEXÁMENESX
¿Qué es el triple marcador?
Esta es otra prueba importante que se realiza en el primer trimestre de embarazo y que ayuda a valorar el riesgo de que el bebé presente determinadas malformaciones cromosómicas. ¡Todo lo que debes saber sobre este test!
El triple screening o triple marcador es una prueba de cribado que se realiza durante el embarazo para detectar posibles alteraciones genéticas del feto. Se trata de una prueba no invasiva que se realiza a partir de una muestra de sangre de la futura mamá, de forma que no supone ningún riesgo ni para la madre ni para el feto. El triple marcador mide el índice de riesgo que existe de que el feto presente determinadas alteraciones cromosómicas como la Trisomía 21 o Síndrome de Down o la Trisomía 18 o Síndrome de Edwards. Sin embargo, no se trata de un diagnóstico, por lo que no es una prueba concluyente. ¿EN QUÉ CONSISTE? > La valoración del triple marcador se obtiene combinando tres marcadores bioquímicos presentes en la sangre de la futura mamá: el PAPP-A (alfa-fetoproteína, producida por el feto), el beta-HCG libre (gonadotropina coriónica humana u hormona de embarazo, producida por la placenta), y el estriol libre (estrógeno producido por el feto y la placenta). Estos valores se cruzan con los datos procedentes de la medición del pliegue nucal del feto (translucencia nucal), que viene determinado en la ecografía de las 12 semanas, y se ponderan en función de la edad de la madre, la raza, el peso, si padece diabetes, etc. Finalmente, se obtiene un algoritmo de control, que es el que mide las posibilidades de anomalía del feto. > Dependiendo de los resultados obtenidos, el médico puede realizar exámenes más precisos, como una amniocentesis o una biopsia corial. Cabe destacar que la prueba del triple marcador detecta, en mujeres menores de 35 años, entre el 75% y el 85% de alteraciones del tubo neural y el 60% de casos de Síndrome de Down. En mujeres mayores de 35 años, detecta el 75% de las anomalías del tubo neural y de los casos de Síndrome de Down. ¿CUÁNDO SE REALIZA? > Se realiza, concretamente, entre la semana 10 y la semana 13 de la gestación. La prueba tiene una sensibilidad diagnóstica de entre el 86% y el 90% de aciertos. En algunas ocasiones, el triple marcador se realiza al inicio del segundo trimestre del embarazo, entre las semanas 15 y 18. De hecho, la prueba puede llevarse a cabo hasta la semana 20 del embarazo, aunque la sensibilidad diagnóstica es menor. ¿CÓMO SE INTERPRETA? Muchas mujeres embarazadas reciben los resultados del triple marcador y no comprenden los datos que aparecen. Cada laboratorio presenta los resultados de una forma distinta, pero los tres parámetros que aparecen siempre son: > Datos demográficos: edad de la madre, peso, raza, número de fetos, si es fumadora o padece diabetes gestacional, etc. > Datos bioquímicos: valores de los marcadores bioquímicos analizados en la sangre. > Datos ecográficos: donde consta la fecha en que se realizó la ecografía, la edad gestacional, la medición de la translucencia nucal y de la longitud fetal. Los valores que aparecen en el triple marcador se expresan en MoM. Se consideran valores normales los situados entre los 0.5 y 2.5 MoM. El valor normal de los diferentes marcadores es de 1 MoM, con lo que cuanto más distante de 1 MoM esté el resultado peor será. Un marcador es sospechoso cuando los valores son: > TN (translucencia nucal): mayor de 2. > PAPP-A (proteína plasmática A asociada al embarazo): menor de 0.4. > Beta hCG libre o hCG (hormona gonadotropina humana): menor de 0.4 o mayor de 2.5. > AFP (alfafetoproteína): menor de 0.4 o mayor de 2.5. > uE3: menor de 0.5. > Inhibina A: mayor de 2.5. Es aconsejable practicar una prueba invasiva, como puede ser una amniocentesis o una biopsia corial, cuando el riesgo de Trisomía 21 o de Trisomía 18 es superior al nivel de corte establecido (es decir, tiene un valor inferior).
XPARTO
¿Cómo se calcula la fecha del parto? Seguramente, te estarás preguntando cuándo nacerá tu bebé. Existen diversos métodos para calcularlo, aunque debes tener en cuenta que se trata siempre de una fecha aproximada. > Para calcular la fecha del parto, primero debes saber cuánto dura un embarazo. “Nueve meses” te parecerá la respuesta más obvia. En realidad, no es así: el embarazo dura diez meses lunares, compuestos de cuatro semanas cada uno. Es decir, 40 semanas a partir del primer día de la última menstruación, lo que significa 266 días a partir de la concepción. Sin embargo, este momento no es tan fácil de identificar: cuando la pareja decide tener un bebé, es raro que se tengan en cuenta todas las relaciones sexuales del mes. Y, aunque se haga, no se consigue establecer con certeza cuál fue la relación en la que se produjo la fecundación. Por este motivo, los cálculos de la fecha del parto son aproximados y el día identificado es solo un punto de referencia. LA FÓRMULA DE NAEGELE > Si quieres conocer la posible fecha de tu parto, puedes calcularla con la regla de Naegele: añade siete días al primer día de la última menstruación y, después, réstale tres meses. Veamos un ejemplo: > Si has tenido la última menstruación el 11 de abril de 2017, debes efectuar el siguiente cálculo: 11+7= 18 abril – 3 meses = 18 enero. Tu hijo nacerá el 18 de enero de 2018. De todos modos, el cálculo funciona solo si formas parte del 6% de las futuras mamás en las que se puede aplicar la regla de Naegele. Y es que esta fórmula se basa en ciclos regulares de 28 días, contando que la ovulación se produce el 14º día, datos que no son válidos para todas las mujeres. Por ejemplo, no son útiles para las que tienen ciclos más largos o más breves, o incluso irregulares. Por lo tanto, cuando hayas identificado el posible día del parto, debes tener en cuenta que la fecha es aproximada y que tu bebé puede nacer dos semanas antes, o bien dos semanas después. El embarazo se considera a término en cualquier caso. > Puedes efectuar cálculos más precisos si solo tuviste una relación sexual durante el mes, o si habías comprobado la temperatura basal para identificar el pico de temperatura (es decir, el momento de la ovulación): la posible fecha se obtiene añadiendo 266 días a aquel momento. También en este caso, tu bebé podría nacer algunos días antes o algunos días después de la fecha prevista. Y es que suele suceder que algunas mujeres tienen, por motivos constitucionales, un embarazo que dura menos o más respecto al promedio. EL CÁLCULO DEL GINECÓLOGO > El ginecólogo calcula la posible fecha del parto en la primera visita. Para hacerlo, utiliza una regla obstétrica, un instrumento formado por dos ruedas de cartón sobrepuestas y que giran: una rueda está colocada sobre la fecha del primer día de la última menstruación y la otra cuenta el número de semanas a partir de aquella fecha. La unidad de medida del embarazo es la semana, porque es el espacio de tiempo más adecuado para valorar el ritmo de crecimiento del niño. > Este instrumento puede fallar igualmente en sus cálculos en diversas circunstancias: por ejemplo, cuando no se conoce la fecha de la última menstruación, o bien si tu ciclo menstrual es irregular e, incluso, si has dejado de tomar la píldora y has quedado embarazada enseguida. En estos casos, no se puede identificar con precisión el momento de la ovulación. LA DATACIÓN ECOGRÁFICA > La posible fecha del parto se comprueba en la primera ecografía, que se realiza de forma rutinaria en la semana 12 de embarazo. Durante el control, es posible identificar el número de semanas que han pasado desde la concepción, basándose en la medida de la longitud comprendida entre la cabeza y el hueso sacro del feto, y relacionándola con los valores de referencia. > En cambio, las ecografías siguientes no son tan fiables a la hora de establecer la fecha del embarazo, porque las medidas pueden variar de un bebé a otro, puesto que dependen del tipo de constitución del pequeño. Sin embargo, si por cualquier motivo no se hace la primera ecografía, se efectúa otra a la semana 20: en este caso, la edad del bebé se calcula en base a la medida que hay entre una sien y la otra (el diámetro biparietal). > La datación ecográfica es fundamental para las mujeres que no han podido calcular todavía la posible fecha del parto, al no recordar el primer día de la última menstruación, y para aquéllas que tienen ciclos irregulares. Sin embargo, también es útil para las demás, pues les sirve para volver a comprobar los cálculos ya hechos. Si entre la fecha definida en la ecografía de la semana 12 y la valorada por el obstetra hay una diferencia de una semana (más o menos), se vuelve a datar el embarazo y la posible fecha del parto con la ecografía que se realiza en la semana 20. XNUTRICIÓNX
En forma con la pancita
Engordar mucho en el embarazo puede desencadenar el riesgo de sufrir ciertas enfermedades, como la preeclampsia o la diabetes gestacional. Ahora, que te encuentras al inicio de la gestación, te ofrecemos 8 consejos de alimentación para que vivas un embarazo saludable.
1 UN BUEN DESAYUNO Por extraño que pueda parecer, el primer consejo para controlar el peso más fácilmente no es una prohibición, sino una invitación a comer más. ¿Cuándo? ¡En el desayuno! La primera comida de la mañana, aunque no sea la más abundante, es, sin duda, la más importante para poner en marcha la jornada alimentaria de forma equilibrada. > Pero ¿cuál es el desayuno ideal para la futura mamá? De ser posible, una buena taza de leche o un yogur, una ración normal de cereales (40 gramos) o de otras fuentes de carbohidratos (pan, tostadas, galletas, etc.), una ración de fruta de temporada, dos o tres frutos secos (nueces, almendras o avellanas) y un jugo o un gran vaso de agua. 2 COME SEIS VECES AL DÍA > Está comprobado que, a igualdad de calorías ingeridas, engorda menos quien logra distribuir su consumo de forma regular durante el día, con respecto a quien lo concentra en comidas fuertes al mediodía y por la noche. Por lo tanto, para la futura mamá, el día no se debe dividir en cinco, sino en seis comidas ligeras (desayuno, tentempié de media mañana, comida, merienda, cena y tentempié final), para favorecer el control del aumento de peso. 3 ELIGE ALIMENTOS POCOS CALÓRICOS > Por lo que respecta a la elección de los alimentos, si se requiere frenar el aumento de peso, es importante apostar por los de baja densidad calórica, es decir, los que, por su composición, aportan pocas calorías, aunque se coman en grandes cantidades. Dos ejemplos claros: el chocolate es un alimento altamente calórico, porque basta un trocito de sólo 10 gramos (prácticamente, una onza) para consumir la bonita cantidad de 50 calorías. Al contrario, el hinojo tiene una densidad calórica muy baja: para aportar las 50 calorías del trocito de chocolate, hay que comer más de medio kilo de este alimento. Como idea general, merece la pena tener presente que los alimentos de menor densidad calórica son las verduras y las frutas (por otra parte, ricas en factores vitamínicos y protectores). 4 FIBRA PARA REDUCIR LA GLUCEMIA > Para no aumentar demasiado de peso, es muy importante evitar que el contenido de glucosa en la sangre, la denominada glucemia, suba rápidamente después de las comidas. Para hacerlo, uno de los métodos más eficaces es comprobar que en el plato siempre esté presente una abundante cantidad de fibra, capaz de ralentizar la absorción de los hidratos de carbono. Comer cereales, pan y pasta integrales es, sin duda, una buena costumbre, pero también es bueno habituarse a empezar las comidas con un buen plato de verduras crudas. Además de bajar la glucemia, generan una gran saciedad. 5 BEBE MUCHA AGUA > Durante el embarazo, mantener un equilibrio hídrico adecuado es más importante que nunca, teniendo en cuenta que la necesidad de líquidos aumenta mucho. Sin embargo, los líquidos pueden constituir una fuente de calorías significativa en el equilibrio de la dieta diaria. Por ejemplo, los jugos de fruta, incluso los que no contienen azúcares añadidos, proporcionan un aporte calórico que hay que tener en cuenta (un vaso de jugo de piña aporta unas 60 kcal). Y si también tenemos en cuenta las bebidas azucaradas, la suma empeora: una lata de refresco aporta 130-140 kcal en promedio. ¿La mejor bebida? ¡El agua! Es la más natural y no tiene calorías. 6 MASTICA LENTAMENTE > Mientras comes, se activan una serie de mecanismos que emplean un cierto tiempo en saciarnos. Si somos demasiado voraces y comemos muy deprisa, el estómago se llena más de lo debido, sin haber dado el tiempo suficiente al organismo para notar esta sensación. Por el contrario, comer lentamente y masticar con cuidado no solo nos sacia antes, sino que también favorece la digestión. 7 CUIDADO CON LAS FORMAS DE COCCIÓN > El valor calórico de un mismo alimento varía mucho en función de cómo se cocina. Así, si 150 gramos de carne a la plancha aportan unas 140 calorías, la misma carne, empanizada y frita, aporta hasta 300 calorías. En general, deben reducirse todas las formas de cocinado que comportan la adición de ingredientes y salsas de base grasa. Para la mamá, son perfectas las cocciones al horno, al microondas, a la plancha, el hervido, la cocción al vapor y el salteado, pero con muy poco aceite y en una sartén antiadherente. 8 POCO, PERO DE TODO > Un error que hay que evitar es eliminar categorías completas de alimentos porque se considera que “engordan”. Si bien es bueno dar preferencia a un consumo abundante de alimentos de baja densidad calórica, la principal fuente de energía de la dieta deben seguir siendo los hidratos de carbono: pasta, pan y cereales son alimentos fundamentales. Tampoco se deben eliminar las grasas por completo. Es cierto que aportan muchas calorías, pero, en el embarazo, son indispensables para la formación de los tejidos del feto, especialmente, los nerviosos y los cerebrales. En este sentido, es importante escoger las grasas adecuadas: una cucharada de aceite de oliva virgen al día no debe faltar. Asimismo, la grasa del pescado es beneficiosa: 300 gramos a la semana es la cantidad ideal para la futura mamá. XBIENESTARX Cuida tu higiene íntima
¿Sabías que, durante el embarazo, tienes un mayor riesgo de contraer infecciones genitales? Para prevenirlas, es importante que cuides tu higiene y tomes ciertas precauciones.
Durante el embarazo, la nueva situación hormonal también influye sobre la parte más externa del aparato genital femenino: se produce un relajamiento de toda la musculatura de la vagina y de la vulva, lo que contribuye a preparar el canal del parto para que el niño pueda pasar por él. > En este período, los tejidos retienen más líquidos, por lo que la piel está más hinchada y blanda. Esto también supone una mayor secreción de la mucosa vaginal; las paredes de la vagina, al ser ricas en líquidos, producen pérdidas más abundantes que las que se dan en un estado normal. Estas pérdidas son la principal defensa de los genitales, pues, a través de ellas, se eliminan los gérmenes que podrían provocar infecciones. > Por ello, la futura mamá necesita seguir una higiene íntima más atenta, que evitará que las secreciones, al permanecer sobre los genitales externos, los conviertan en un terreno fértil para el desarrollo de microorganismos. MENOS ACIDEZ, MÁS PREOCUPACIÓN > En el interior de la zona genital, existen diversos microorganismos cuyo conjunto constituye la llamada flora bacteriana. Los encargados de garantizar su convivencia pacífica son los lactobacillus de Doderlein. Éstos producen ácido láctico a partir de las sustancias que la mucosa vaginal pone a su disposición, proporcionando el grado de acidez (pH bajo) que el ambiente vaginal necesita. Durante el embarazo, y debido a las hormonas, el pH se vuelve menos ácido. Por consiguiente, los genitales aún están menos protegidos. SE NECESITA UN JABÓN ESPECÍFICO > Es preciso escoger un jabón específico para la higiene íntima, que limpie, pero que no altere la flora vaginal. Un buen producto para este período no debe contener sustancias aromáticas, que pueden irritar las capas más superficiales de la mucosa genital. El pH de la piel tiene un valor aproximado de 7, y el de la vulva y de la vagina es de 3.5 a 4.5. Por lo tanto, el jabón íntimo deberá tener un pH muy parecido al vaginal, es decir, de 3.5 a 5. > Sin embargo, a pesar de utilizar un producto específico para la higiene íntima, pueden producirse pequeñas irritaciones de las capas superficiales de la mucosa, debidas, por ejemplo, al roce de la piel con la ropa interior. Si esto ocurre, la irritación podrá remediarse con el empleo de geles protectores especiales, que deben aplicarse después de lavarse. ¿Y si no estamos en casa? Podemos utilizar toallitas para la higiene íntima, que suelen presentarse herméticamente cerradas en envases individuales. CÓMO HAY QUE LAVARSE > Debemos emplear jabones para la higiene íntima una vez al día, y enjuagarnos solo con agua templada el resto de las veces. > La zona genital debe lavarse con agua corriente. Es mejor no llenar la tina, para no utilizar el agua estancada. > La higiene de los genitales debe empezar por la vulva, para luego avanzar hacia la zona anal, y no al revés. Con ello, evitaremos que los microorganismos presentes en el recto entren en contacto con la vagina. > Debemos secar la zona sin frotar, con ligeras presiones.
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