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Cuidados básicos y de higiene del bebé
El momento del aseo de tu bebé es una magnífica oportunidad para que disfruten estos momentos cotidianos, juntos, independientemente de la importancia que tiene mantener limpio su cuerpo. Recuerda: no toda la vida vas a ser mamá de un bebé, así que ¡disfruta esta etapa al máximo!
Quizás tu mamá, tu suegra o el pediatra ya te dieron algunos consejos, pero para que los tengas muy claros, te ofrecemos esta guía que podrás consultar cuando tengas dudas.
LIMPIEZA PASO A PASO
La higiene debe realizarse todos los días. Al principio quizás a tu peque les resulte molesto, sin embargo, pronto se familiarizará y disfrutará de estas rutinas.
NARIZ
Utiliza una perilla que remueva el exceso de mucosidad. Presiona la base de este accesorio y, sin soltarlo, introducirlo en su fosa nasal. Una vez ahí, libéralo para succionar. Al final, lava la perilla con agua y jabón.
OÍDOS
Basta con asear la parte externa de las orejas. Lo ideal es utilizar un algodoncillo o gasa húmeda. Nunca introduzcas un hisopo o cuerpo extraño.
CARITA
La mejor forma de lavarla es con toallitas húmedas o gasas, que debes remojar en agua tibia. Recuerda proteger sus ojitos.
SU PIEL
Especialmente en los recién nacidos, puede presentar irritaciones en los pliegues del cuello, muslos y axilas, debido al sudor, pelusas, suciedad o residuos de leche. Antes del baño, límpialo con una toallita húmeda hipoalergénica, de preferencia de doble textura para tener una mejor limpieza, como las de KleenBebé®, que están hechas con ingredientes naturales y son hipoalergénicas, o un algodoncillo con aceite para bebés. Después de bañarlo, seca minuciosamente cada una de estas partes.
GENITALES
Al estar expuestos a las heces fecales y la orina, pueden dar pie a infecciones. Si tu bebé es niña, la limpieza es de adelante hacia atrás, sin introducir demasiado las toallitas húmedas. Si es niño, limpia los pliegues con cuidado, testículos y debajo del pene.
EL CAMBIO DE PAÑAL
Aunque parezca complicado, la verdad es que sólo se requiere práctica y mucha paciencia. Aunque a veces puede volverse toda una batalla, con estos consejos y seguro te convertirás en toda una maestra del cambio del pañal:
• Ten listo el pañal, y mejor si es uno que contenga ingredientes naturales, como el KleenBebé® Suavelastic® Chico, que está hecho con las bondades de la manzanilla, aloe vera y vitamina E, además de óxido de zinc, que ayuda a prevenir irritaciones en su piel. Junto con ello, no te olvides de las imprescindibles toallitas húmedas y la pomada o crema que vayas a poner a tu bebé, como la crema corporal con manzanilla de KleenBebé®. Puedes darle a tu hijo un pequeño juguete (seguro respecto a su edad) para que se entretenga mientras lo cambias.
• Desabrocha el pañal sucio, levanta sus piernitas y limpia de adelante hacia atrás. Retira cuidadosamente éste y coloca el pañal limpio.
• Coloca al bebé boca arriba en una superficie firme. Quita las prendas que cubren sus piernitas. Abre el pañal limpio y ponlo debajo de él.
• Si tu bebé pesa entre 5 y 7.5 kilos, el pañal KleenBebé® Suavelastic® Chico es ideal para estas edades y su bolsita en la espalda es perfecta para evitar escurrimientos de las popós explosivas mientras está acostado, que es algo que nos ayuda a sobrellevar mucho mejor estas sorpresas inesperadas.
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XDESARROLLOX
Estímulos para crecer
Hablarle a menudo, darle tiempo y atención, leerle cuentos, elogiarlo cuando se porta bien … ¿Cómo puedes animarlo en sus progresos?
Hoy en día, ya se ha entendido que los bebés necesitan estímulos, reacciones e intercambios. Están programados para la comunicación, una actividad que, en los primeros meses, consiste, sobre todo, en escuchar y en encontrar la mirada de los demás, pero que ya asume distintas funciones: favorece la creación de sinapsis, conexiones entre células nerviosas que se producen cuando vivimos una experiencia significativa; también permite eliminar el exceso de neuronas con las que nace cada persona, “plasmando” el cerebro y su potencialidad cognitiva; asimismo, facilita el desarrollo de la capacidad de autorregulación, la empatía y el lenguaje. Por lo tanto, ¿qué pueden hacer los papás para estimular al niño correctamente?
HABLA CON ÉL
> Empieza pronto, aunque el bebé solo tenga unos días y pienses que no entiende nada todavía.
Qué dicen los estudios
> Los niños que escuchan un número de palabras relevante en sus primeros años saben identificarlas más rápidamente, acumulan un vocabulario más amplio y aprenden a leer y a escribir más fácilmente.
Qué hacer
Para estimular el desarrollo verbal de tu hijo, no se necesitan métodos costosos. ¡Solo hay que hablarle! ¿Cómo?
> Al principio, utiliza el baby talking, el lenguaje que los adultos adoptan instintivamente para comunicarse con los bebés, que hace hincapié en las vocales y acentúa las expresiones del rostro. Esta modalidad no solo facilita la compresión del significado de las palabras, sino también el tono afectivo y emocional.
> Entre los 9-12 meses, el niño pasa de la comunicación “cara a cara” a la apertura al mundo. El pequeño señala un objeto con la manita y la mamá repite su nombre.
> A los 12 meses, es capaz de entender unas 50 palabras, que sabrá usar alrededor del año y medio, precisamente, porque la comprensión precede a la producción.
LÉELE CUENTOS
> A partir de los seis meses, se pueden ofrecer al bebé los primeros libros ilustrados, de materiales y tamaños adecuados (flotantes, de baño, suaves, de tela, etc.), con música integrada y dibujos sencillos.
Qué dicen los estudios
> Leer cuentos en voz alta y recitar poemas y canciones infantiles tiene efectos positivos. Aumenta la capacidad cognitiva y del lenguaje, y favorece el aprendizaje escolar.
> Asimismo, los cuentos no solo sirven para relajar al niño antes del sueño. La estructura de las historias, incluso las más sencillas, enseña a reconocer los nexos causales y temporales.
> Los cuentos también crean vínculos sociales, permiten compartir valores (la moraleja) y estimulan la imaginación que, a su vez, permite buscar soluciones a los problemas.
Qué hacer
> Los primeros libros deben ser manejables, grandes y llenos de ilustraciones que guíen el relato de mamá. No hay que intentar dirigir demasiado al pequeño con estímulos, sino darle tiempo para descubrir qué le interesa más y seguirlo en su recorrido. En cuanto la destreza del niño lo permita, hay que dejar que sea él quien pase las páginas. Recuerda que tu presencia es el valor añadido de la lectura.
ABRE TU CASA
> En la era del hijo único, es importante que a un niño nunca le falte la posibilidad de interacción social, más allá del estrecho contacto con sus papás y sus abuelos.
Qué dicen los estudios
> Según un estudio reciente, vivir en un grupo numeroso y estructurado estimula las áreas del cerebro (la amígdala y algunas partes de la corteza cerebral conectadas con ella), que se encargan de los mecanismos de relación con los semejantes.
Qué hacer
> El mensaje que debes transmitir a tu hijo es que el mundo está lleno de amigos, que tiene que descubrir y conocer, y no de enemigos de los que deba defenderse. Por lo tanto, vía libre a las ocasiones de socialización y a la asistencia a la guardería.
> Asimismo, conviene que la casa no solo esté abierta a otros niños, para cenar y hacer fiestas, sino también a sus padres. Es bueno que el niño crezca en un ambiente abierto y acogedor, sin prejuicios.
ELÓGIALO
> Elógialo cuando lleva a cabo una tarea o se porta bien, y enséñale a resistir ante las dificultades.
Qué dicen los estudios
> Recibir un refuerzo positivo por un comportamiento correcto es más eficaz que las amenazas y los castigos, pero siempre con equilibrio. Una educación basada en elogios exagerados no ayuda a desarrollar una personalidad equilibrada, pues transmite a los niños la idea de que solo pueden ser queridos si satisfacen las expectativas de sus padres. En lugar de hacerlos crecer más seguros, los hace más débiles.
Qué hacer
> El elogio es beneficioso siempre que se administre bien y se refiera a un comportamiento verdaderamente meritorio, y no se exprese de forma rutinaria. En definitiva, como todas las cosas que tienen valor, no debe exagerarse.
Los elogios siempre deben dirigirse a los comportamientos, y no al niño en su conjunto. Es preferible decir “Hiciste un dibujo muy bonito” que “Eres el mejor de todos dibujando”. Lo que hay que valorar no es tanto el resultado como el esfuerzo por conseguirlo.
MíMALO
> Darle besitos en la pancita, cargarlo en brazos, piel con piel, y acunarlo son acciones naturales, que derivan del enamoramiento recíproco que se instaura entre la mamá y su bebé en las primeras semanas de vida.
Qué dicen los estudios
> La necesidad de contacto es una cuestión de supervivencia biológica. La obra de John Bowlby, publicada después de la Segunda Guerra Mundial, es ya todo un clásico. Habla de la fragilidad del sistema inmunitario de los bebés ingresados en los orfanatos, en condiciones de total privación de ternura y mimos, hasta el punto de tener influencia en la tasa de mortalidad. Otro experimento que hizo la escuela fue el de los “monos de Harlow”: primates mantenidos sin comida durante un día, a los que se ofrecían dos muñecos; uno de alambre, con comida dentro, y otro de felpa, pero sin comida. A pesar de que alimentarse se considera la necesidad primaria por excelencia, la necesidad de ternura prevalece incluso en los monos, que eligieron el muñeco blandito.
Qué hacer
> Déjate guiar por tu instinto y por el placer de contacto con tu hijo. Mimarlo, acariciarlo y masajearlo debe ser un placer para ambos. Además, los besos y las caricias de la mamá relajan al bebé cuando está nervioso y alivian los cólicos.
> Puedes hacerle un masaje infantil y utilizar aceites esenciales. No obstante, recuerda que el valor añadido para tu hijo no es la técnica, sino el roce con tu piel, que también es milagroso cuando toca visita con el pediatra: si estás junto a él durante la exploración médica, no vivirá la experiencia como intrusiva.
Protege su boquita
A esta edad, el pequeño se lleva instintivamente los objetos a la boca, con el fin de conocer sus características. ¿Qué infecciones pueden afectar su boquita?
> Para un niño, la boca es una parte importante del cuerpo, ya que le permite conocer el mundo. Sin embargo, la boca también es una puerta de entrada para los virus y las bacterias presentes en el ambiente: las sustancias antisépticas contenidas en la saliva no siempre son suficientes para defenderla. Te explicamos los trastornos que se presentan con más frecuencia en su boquita.
MUGUET
En los primeros meses del bebé, pueden aparecer unas pequeñas manchas blancas en el interior de sus mejillas, de consistencia similar a la de la leche cortada. Son los signos del muguet, una infección por hongos que los médicos expresan como micosis. Normalmente, el contagio se produce en el momento del parto, cuando el microorganismo responsable de la enfermedad (la Candida albicans, que forma parte de la flora vaginal materna) pasa al bebé. Los síntomas se manifiestan unas semanas más tarde.
> El pediatra puede prescribir suspensiones o geles a base de sustancias antimicóticas, que se deberán aplicar cuatro veces al día sobre las manchas con una gasa estéril, o bien se pueden poner en el chupón.
> Si el bebé se alimenta al pecho, la mamá puede limpiarse el pezón y la aréola con agua y bicarbonato antes y después de la toma: se creará un ambiente alcalino desfavorable para la supervivencia del hongo. Asimismo, puede aplicarse la pomada antimicótica prescrita al bebé. Si el niño toma biberón, el chupón y las tetinas deben esterilizarse después de cada toma.
ENFERMEDAD BOCA-MANO-PIE
Esta infección es más frecuente en verano y está provocada por virus (Coxackie), que el organismo elimina en cinco días. Se transmite por vía orofecal, es decir, tocando objetos contaminados por las heces de un niño que se ha contagiado de la infección.
> Se reconoce gracias a síntomas característicos: sobre la lengua y en el interior de las mejillas, aparecen unas ampollitas que, en poco tiempo, se extienden a las palmas de las manos y a las plantas de los pies. No son dolorosas y no pican. A veces, el pequeño puede tener fiebre.
> No existen antivirales específicos. De todos modos, es mejor consultar al pediatra, que podrá prescribir un antipirético si el bebé tiene fiebre. La enfermedad es muy contagiosa: en consecuencia, el pequeño no debe estar en contacto con sus hermanitos o con otros niños.
AFTAS
El interior de la boca está plagado de microlesiones (aftas) que, a veces, llegan incluso a la lengua y a la garganta, con un aspecto de puntitos blancos. Son muy dolorosas y el niño tiene dificultades para tragar y comer. A menudo, el pequeño también tiene fiebre, malestar general y dolores musculares.
> Se trata de estomatitis herpética, una infección provocada por un virus (el Herpes simplex de tipo 1), que el niño contrae a través de personas que tienen herpes labial. Cuando se sufre por primera vez, el virus no provoca la clásica “calentura” en el labio, pero puede dar lugar a una infección más generalizada. En algunos casos, no se manifiestan síntomas o se presenta un malestar que se puede confundir con un cuadro gripal.
> Es preciso consultar al pediatra, que podrá prescribir antivirales específicos para acelerar la curación (en general, se produce a los 7-10 días). Mientras tanto, es necesario administrar al niño alimentos frescos y líquidos (no ácidos, para evitar que le “quemen”), ya que son más fáciles de comer.
Si las ampollas se presentan a menudo, es preferible hablar con el pediatra, ya que podría ser indicativo de una carencia de ácido fólico o hierro.
CALENTURA DEL LABIO
Está causada por el virus Herpes simplex de tipo 1. Al principio, el pequeño siente comezón, picor y hormigueo en los labios. Después, aparecen unas ampollitas unidas en forma de “racimo”. Contienen un líquido que, al principio, es limpio y transparente y, después, se vuelve opaco. Al cabo de 5-7 días, las ampollitas se rompen y se forman costras. Por último, las costras también se desprenden, sin dejar cicatrices.
> Para acelerar la curación, el pediatra puede prescribir una crema antiviral, que es más eficaz si se aplica cuando se presentan los primeros síntomas.
XLACTANCIAX
Todo sobre la toma nocturna
De noche, el nivel de prolactina en el organismo materno es más elevado y, al succionar, el bebé garantiza una adecuada producción de leche. Pero, ¿cómo compaginar las necesidades del niño con el descanso de ambos?
> En las primeras semanas, el organismo materno calibra la producción de leche en función de las necesidades del niño. Cuanto más succiona el bebé, gracias a las tomas frecuentes, más leche produce el pecho. Pero, entonces, ¿cómo actuar con la toma de la noche?
MÁS LECHE DE NOCHE
> En las primeras semanas, el organismo materno calibra la producción de leche en función de las necesidades del niño. Cuanto más succiona el bebé, gracias a las tomas frecuentes, más leche produce el pecho. Para favorecer una buena marcha de la lactancia y garantizar al bebé la nutrición adecuada, las tomas pueden variar de ocho a 12 durante las 24 horas. Precisamente, durante la noche, el nivel de prolactina, la hormona responsable de la producción de leche, es más alto, y el bebé encuentra alimento en abundancia.
> Durante la fase de calibración, las tomas nocturnas son tan importantes que, en los casos en los que el recién nacido haga pausas muy largas (de más de 4-6 horas), será la mamá quien le ofrezca el pecho para estimularlo. Por lo que respecta a los bebés dormilones, podría ser necesario extraerse la leche manualmente o con la ayuda de un sacaleches al menos una vez por la noche, con el fin de drenar el pecho y mantener la producción. La lactancia nocturna es una forma válida de prevenir las obstrucciones mamarias y la mastitis, que suelen estar favorecidas por un intervalo demasiado largo entre las tomas.
MEJOR, QUE DUERMA CERCA
Los despertares nocturnos del bebé son normales. Sin embargo, es cierto que a mamá le cuesta interrumpir el sueño a menudo.
> Para facilitar el cuidado nocturno, se puede optar por la cercanía. Si el bebé duerme en la habitación de los papás, como recomiendan las principales organizaciones científicas internacionales para los primeros meses de vida, la mamá puede darle el pecho a los primeros atisbos de despertar, lo que facilita la continuidad del sueño de toda la familia. A nivel práctico, el hecho de tener al bebé al lado permite que los papás no se despierten del todo, puesto que les ahorra el “traslado” a la habitación del bebé.
> La cercanía también responde a una necesidad fundamental del niño: el contacto. El bebé nace muy inmaduro, y el contacto constante con la mamá favorece su bienestar y su crecimiento.
Por último, para los niños más soñolientos, o en los casos en los que la continuidad de la lactancia esté en peligro, el contacto y el sueño compartido suelen ser resolutivos, dado que la proximidad con la mamá estimula al niño a lactar más a menudo; asimismo, la cercanía del pequeño estimula al organismo materno para producir más leche.
¡SIN INTERFERENCIAS!
> A veces, cuando el bebé se despierta por la noche y toma el pecho varias veces, puede haber personas que aconsejen a la mamá dar un biberón al niño por la noche para que duerma más tiempo. Sin embargo, ofrecer un complemento al bebé significa interferir en el proceso natural de regulación del niño, así como en el mecanismo de demanda y oferta, que garantiza una producción de leche siempre adecuada. El riesgo es que el bebé pida el pecho menos a menudo y que, por lo tanto, la producción de leche disminuya.
Por el mismo motivo, en la fase de calibración, se aconseja no ofrecer el chupón al bebé. Si el pequeño satisface su necesidad de succión usando el chupón, podría reducir la frecuencia y el número de tomas, y, en consecuencia, la cantidad de leche consumida durante las 24 horas sería menor.
XPOSPARTOX
Recuperar la figura con tu bebé
Te proponemos una rutina de ejercicios basada en movimientos naturales, armónicos y fluidos, ideal para recuperar el tono muscular mientras juegas con tu hijo.
SENTADILLAS
> Ponte de pie sobre la colchoneta, con las piernas separadas y dejando entre un pie y el otro una distancia equivalente a la anchura de los hombros. Los pies deben mirar hacia fuera.
> Contrae los abdominales, de forma que “aplastes” la columna, y flexiona las rodillas lentamente. Baja todo lo que puedas, sin inclinar la espalda hacia delante. Mientras inhalas, recupera poco a poco la posición inicial. Repite el ejercicio diez veces.
> Si tus rodillas no están alineadas con los tobillos, estás arqueando la espalda.
EXTENSIÓN DE LA COLUMNA HACIA DELANTE
> Siéntate con la espalda recta, y las piernas estiradas y separadas. Extiende los brazos hacia delante, a la altura de los hombros. Mientras inhalas, contrae los músculos del suelo pélvico y los glúteos.
> A continuación, impulsa el estómago hacia atrás e intenta elevar la cintura, como si quisieras separarla de la pelvis. Baja la barbilla, contrae los abdominales e inclínate hacia delante, acercándote a tu hijo.
> Vuelve a inhalar e incorpórate hasta recuperar la posición inicial. Por último, suelta el aire y relájate. Repite de tres a cinco veces.
> Si sientes alivio en la tensión de la columna vertebral, indica que lo estás haciendo bien.
LA COBRA
> Acuéstate boca abajo con la barbilla apoyada en la colchoneta y las manos en el suelo, a la altura de los hombros. Debes mantener los codos pegados al cuerpo.
Impulsando los omóplatos hacia el cóccix, contrae los abdominales y los glúteos. > Mientras inhalas, empieza a elevar la cabeza y el busto del suelo. Cuando exhales, empieza a bajar. Los codos siempre deben permanecer pegados al cuerpo. Repite de tres a cinco veces.
> Estás realizando el ejercicio de forma incorrecta si dejas caer la cabeza hacia atrás. Mantén el cuello erguido en todo momento, con la barbilla hacia delante y la mirada dirigida al frente.
FLEXIONES SOBRE LOS BRAZOS
> Colócate boca abajo y eleva el cuerpo de la colchoneta, impulsándote con las manos y los pies. La espalda debe estar recta, las manos deben situarse debajo de los hombros y las piernas, extendidas. Para adoptar la posición correcta, debes contraer los músculos abdominales y los glúteos.
> Inhala mientras elevas la pierna derecha de la colchoneta unos centímetros, manteniéndola estirada.
> A continuación, vuelve a apoyar la pierna en el suelo, mientras exhalas. Repite el ejercicio con la pierna izquierda. Realiza de cinco a diez series.
> Si tu cuerpo, incluida la cabeza, no está en línea recta, estás realizando el ejercicio de forma incorrecta.
EL CIEN
> Acuéstate boca arriba, con la cabeza apoyada sobre la colchoneta, las rodillas flexionadas, los pies apoyados en el suelo, ligeramente separados, los brazos extendidos a lo largo del cuerpo y las palmas de las manos apoyadas en el suelo.
> Eleva la cabeza hacia delante estirando el cuello y, al mismo tiempo, levanta ambos brazos del suelo unos 10 centímetros.
> Manteniendo la cabeza hacia delante y los brazos extendidos, contrae los abdominales. Desde esta posición, mueve los brazos repetidamente hacia arriba y hacia abajo, como si estuvieses botando una pelota.
> Cuenta hasta cinco mientras inhalas, y otros cinco más mientras exhalas. Completa un total de diez series de inhalaciones/exhalaciones, para obtener un resultado final de 100 movimientos de brazos.
> La columna vertebral debe estar perfectamente apoyada en el suelo. Si quedan espacios, significa que no estás contrayendo los músculos abdominales lo suficiente.
LA BOLA
> Siéntate con las rodillas flexionadas y situadas muy cerca del cuerpo, para poder agarrarte los tobillos con las manos.
> Eleva los pies del suelo y busca el equilibrio, contrayendo el abdomen como empujando hacia la espalda. Imagina que llevas puestos unos jeans muy ajustados. Relaja el cuello, flexionándolo hacia delante y apoyando la barbilla en el pecho.
> Desde esta posición, rueda suavemente hacia atrás, hasta que la parte inferior de los omóplatos quede bien apoyada en la colchoneta. Vuelve a contraer los abdominales y recupera la posición inicial.
> Si llegas a apoyar la cabeza o el giro se produce con el impulso de las piernas (que deben permanecer inmóviles), significa que lo estás haciendo mal.
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