El estreñimiento (constipación) es un problema crónico en una gran cantidad de pacientes. Regularmente se define como un trastorno caracterizado por una dificultad constante para evacuar o una sensación de que la evacuación es incompleta; en ausencia de síntomas de alarma o causas secundarias.
La definición más objetiva es la recomendada por el consenso internacional de Roma III, para establecer el diagnóstico de estreñimiento funcional.
Estos criterios se cumplen durante los últimos tres meses, pero los síntomas comenzaron cuando menos seis meses antes del diagnóstico.
ETIOLOGÍA
Generalmente la etiología del estreñimiento se considera multifactorial. Si se excluye una causa secundaria y ausencia de datos de alarma, se considera que el estreñimiento es primario, idiopático o funcional. En cuyo caso se debe considerar esencialmente un trastorno de motilidad colorrectal o de los mecanismos asociados con la evacuación. Actualmente, se reconocen los siguientes subtipos de estreñimiento funcional:
a. Estreñimiento con tránsito colónico lento (inercia colónica): Se presenta con mayor frecuencia en mujeres jóvenes y puede asociarse con inflamación o dolor abdominal y urgencia para evacuar, sin ser estos los síntomas predominantes (incluso pueden estar ausentes).
b. Estreñimiento asociado con trastornos de la evacuación: Se caracteriza por la incapacidad para evacuar adecuadamente la materia fecal almacenada en el recto, aun cuando el tránsito colónico sea normal.
c. Estreñimiento con tránsito colónico normal: Estos pacientes, aunque no tienen alteraciones motoras a nivel colorrectal, creen estar estreñidos, ya que perciben dificultad para evacuar y aumento en la consistencia de las heces. Si el síntoma principal en estos pacientes es la inflamación o dolor abdominal debe considerase que se trata de un SII con predominancia de estreñimiento
Nota: En México, el estreñimiento con tránsito colónico normal es la forma más prevalente: 59%, seguida del 24% con inercia colónica y 18% con obstrucción del tracto de salida.
EPIDEMIOLOGÍA Y FISIOPATOLOGÍA
El estreñimiento es un síntoma gastrointestinal cuya prevalencia se ha estimado entre 5 y 25% de la población general, de 14.4% en la población mexicana (Fig 1). Su prevalencia es mayor en mujeres que en hombres (3:1), en niños que en adultos, en ancianos que en jóvenes.
En la mayoría de los casos es un motivo de consulta debido al dolor físico que provoca, y aunque no amenaza la vida del paciente, sí afecta la calidad de vida, ya que experimentan afectación en las dimensiones sociales y psicológicas.
(imagen no disponible)
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
El síntoma que mejor define al estreñimiento en la población mexicana es la sensación de pujo o esfuerzo, o ambas para evacuar (47%), seguido de evacuaciones duras (26%) y frecuencia menor a la deseada (8%).
Síntomas de alarma en el estreñimiento:
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico médico tradicional requiere de la observación de anormalidades anatómicas o trastornos bien definidos. La exploración física debe incluir la exploración abdominal, la inspección perineal (basal y dinámica) y el tacto rectal.
La presencia de síntomas/signos sugestivos de enfermedad orgánica (fiebre, pérdida de peso, hematoquecia, astenia, anorexia, etc.) orienta al uso de pruebas diagnósticas. Sin embargo, el uso análisis de laboratorio, radiografías o endoscopias, no se recomienda en la evaluación inicial de un paciente con estreñimiento crónico, en ausencia de síntomas de alarma.
(imagen no disponible)
TRATAMIENTO
El objetivo del tratamiento es promover evacuaciones suaves e indoloras previniendo la reacumulación de las heces, lo cual se logrará luego de un periodo prolongado (tres meses o más).
Manejo higiénico-dietético. Se deberá iniciar un aporte de fibra y agua en cantidad suficiente para cubrir las recomendaciones acordes a la edad y sexo del paciente. Se recomienda también aumentar la actividad física.
Laxantes. Bajo este término se incluyen todas las sustancias que facilitan la evacuación. En general son sustancias de eficacia controlada, bien toleradas y pueden considerarse seguras, aunque en ocasiones el abuso hace que debamos estar pendientes de riesgos y efectos secundarios.
ESTREÑIMIENTO EN EL EMBARAZO
La mayoría de las mujeres embarazadas sufren estreñimiento, el cual suele ser agudo y desaparece en el posparto o poco después de la lactancia. El incremento de los niveles de progesterona durante el embarazo produce relajación del músculo liso del tubo digestivo, que explica síntomas como náuseas, vómito, pirosis posprandial y estreñimiento. Este enlentecimiento del peristaltismo responde como un mecanismo de defensa al útero gestante que se encuentra cercano al intestino y que debe ser protegido de cualquier molestia, no hay que olvidar la presión que el intestino ejerce sobre un útero que crece día con día.
TRATAMIENTO
No debemos perder de vista que nos encontramos frente a una mujer que lleva un feto dentro y que cualquier medida que utilicemos podría dañar al feto, por eso debemos ser muy cuidadosos con el tratamiento.
Medidas higiénico – dietéticas. Se recomienda el consumo de alimentos altos en fibra (verduras y frutas crudas, cereales y leguminosas con cáscara) y el incremento de la ingesta de agua para estimular la evacuación intestinal, así como limitar el consumo de arroz y embutidos.
Acostumbrar al intestino a evacuar a la misma hora, regular el horario de las comidas, caminar por 30 a 40 minutos al día y practicar ejercicios dirigidos.
Manejo terapéutico. Cuando no logramos el objetivo con medidas higiénico dietéticas, se puede recurrir al uso de laxantes. Están contraindicados los laxantes que contienen aceite de castor (estimula las contracciones uterinas), los aceites minerales orales (pueden producir malabsorción de vitaminas liposolubles) y los laxantes salinos (pueden causar alteraciones electrolíticas).
(imagen no disponible)
ESTREÑIMIENTO EN LOS NIÑOS
El estreñimiento funcional crónico representa el 3% de la consulta pediátrica y se presenta en urgencias entre 3 y 16% de los casos como dolor abdominal y en la consulta especializada de gastroenterología pediátrica en cerca de 25% de los pacientes.
A pesar de que en los niños el 95% de los casos la aparición del estreñimiento crónico es funcional, se deben descartar causas orgánicas como la enfermedad de Hirschsprung, cuyo manejo es quirúrgico.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los síntomas más frecuentes son el paso doloroso de heces, encopresis, retención de heces, dolor abdominal, maniobras para retener las heces, manchado, rechazo a sentarse en el baño, olor penetrante, anorexia, incontinencia urinaria e infección urinaria frecuente.
DIAGNÓSTICO
Existen guías y recomendaciones generales para el estudio y tratamiento del estreñimiento, es importante recordar que cada paciente es diferente, por lo que debemos individualizar el abordaje y de ser necesario el tratamiento. Se pueden usar los criterios de Roma III:
4 años: del neonato y lactante
Cuadro de un mes de evolución en niños hasta los 4 años de edad con al menos 2 de los siguientes síntomas:
4-18 años: del niño y adolescente
Al menos dos de los siguientes criterios en niño con edad de desarrollo de al menos 4 años con criterios insuficientes para síndrome de intestino irritable*:
*(Al menos 1 vez por semana durante al menos 2 meses)
TRATAMIENTO
Los objetivos del tratamiento se deben encaminar a restaurar la confianza del niño en sí mismo, recuperar o instaurar un hábito evacuatorio no doloroso con heces pastosas y lubricadas, eliminar la impactación fecal cuando exista, normalizar la dinámica familiar alterada en muchos casos y evitar recaídas.
Los pacientes con estreñimiento funcional se benefician de manera extraordinaria con el “programa de rehabilitación intestinal”, que tiene un éxito mayor al 90%. Se basa en ensayar diariamente y bajo supervisión médica la cantidad de laxante que necesita cada paciente para obtener una evacuación diaria eficiente. Los padres generalmente se preocupan (aunque no lo digan) acerca del riesgo de los medicamentos en ocasionar un intestino “perezoso” o “dependiente” de laxantes. Estos conceptos erróneos deben aclararse con anticipación y explicarles que el efecto de estos medicamentos es local en las heces, como suavizantes y ablandadores y que no tienen ningún efecto en la contracción del colon, además de su seguridad en uso crónico debido a su prácticamente nula absorción.
Educación y cambio de hábitos. Se recomienda sentarse en el baño cinco a 10 minutos, de preferencia después de las comidas, aprovechando el reflejo gastrocólico. Llevar un calendario con registro de las evacuaciones y accidentes en la ropa con reforzamientos positivos.
Supositorios de glicerina. Son de acción muy rápida y muy efectiva (minutos). No se absorben o de forma mínima. Ejercen una triple acción:
Son muy útiles en casos de estreñimientos agudos y como complemento de otros laxantes por su rapidez de acción, facilidad de uso, escasez de efectos secundarios y buenos resultados.
(imagen no disponible)
Existe controversia en cuanto a la frecuencia y forma de empleo de los supositorios, es interesante la opinión del Dr. Tovilla, jefe de la Clínica de Coloproctología del Hospital Infantil de México F.G., en cuanto a la desmitificación de algunas opiniones sobre la utilización de supositorios en los niños: «…Existe la creencia de que los supositorios no se deben emplear porque acostumbran al niño a que sólo evacúe con el supositorio, o que el paciente vaya a ser lastimado, o peor aún, se piensa que pueden traer alteraciones en la conducta sexual en el futuro. Nada de eso es cierto, los niños necesitan desalojar su intestino y deben ser ayudados por el supositorio, o algún otro método de estimulación del esfínter. En el momento en que su intestino aprenda a moverse en forma efectiva, éste evacuará espontáneamente y el uso de los supositorios habrá terminado. El supositorio es blando y muy maleable, de tal forma que es muy difícil que el paciente pueda ser lastimado. Y en cuanto a conductas sexuales anormales, no existe hasta el momento ningún estudio serio que compruebe esta aseveración…».
Las infecciones de las vías respiratorias en el paciente pediátrico son consideradas unas de las primeras causas de asistencia a recibir atención médica, de neumonías y otras sobreinfecciones bacterianas, de hospitalizaciones y de muertes, cada año en el mundo. Por lo que constituyen una de las primeras causas de morbimortalidad.
El resfriado común es la enfermedad más frecuente que afecta a la especie humana y también la más frecuente de consulta de Atención Primaria. Los niños son especialmente susceptibles a esta infección, debido a la falta de desarrollo inmunitario ante la mayor parte de virus causantes, menor desarrollo de prácticas de higiene personal y a mayor exposición a los agentes etiológicos.
Los niños pueden presentar entre seis y ocho infecciones respiratorias al año, muchas de las cuales, sobre todo las que ocurren en el periodo de lactante, afectan a las vías respiratorias inferiores. En los menores de dos años, estas infecciones suponen una de las causas más frecuentes de hospitalización, originando numerosas consultas médicas tanto a nivel de Atención Primaria como de los servicios de urgencias hospitalarios.
El resfriado es una enfermedad presente todo el año; si bien, es mucho más frecuente en otoño-invierno, empezando a declinar en primavera
Esta asociación entre resfriados y frío, popularmente atribuida al “enfriamiento” del cuerpo, se debe en realidad a la mayor supervivencia de los virus a bajas temperaturas y a la mayor tasa de contagio interpersonal que se produce al aumentar el tiempo de cohabitación en espacios cerrados, en la edad pediátrica, muy especialmente en los periodos de escolarización. Es una observación común constatar que en las vacaciones de Navidad, en plena epidemia de virus respiratorios en el hemisferio norte, suele disminuir súbitamente la búsqueda de las consultas pediátricas, al romperse la cadena de transmisión. Estudios epidemiológicos han demostrado que en ambientes de hacinamiento no hay grandes diferencias estacionales en la frecuencia de infecciones de vías respiratorias. Sin embargo, por mecanismos no totalmente establecidos, la rinitis vasomotora que se produce como reacción al frío, parece favorecer una cierta atonía en la función de aclaramiento mucociliar del epitelio respiratorio, disminuye la eficacia de los mecanismos inmunitarios locales y facilita la colonización de la mucosa por virus respiratorios, por lo que es probable que el frío, por sí mismo, ejerza algún papel coadyuvante en la etiología de la enfermedad.
ETIOLOGÍA
Diversos virus afectan las vías respiratorias. En niños, las causas principales de infecciones respiratorias víricas son los rinovirus, los virus de la gripe (durante las epidemias anuales en la época invernal), los virus paragripales, el virus respiratorio sincitial, los enterovirus, los coronavirus y ciertas cepas de adenovirus. Por varias razones, las secreciones nasales o respiratorias de los niños con infecciones respiratorias virales suelen contener más virus que las de los adultos infectados. Este aumento de producción de virus, junto con una higiene característicamente descuidada, hace que los niños sean más propensos a propagar la infección. La posibilidad de transmisión aumenta en los sitios donde confluyen muchos niños a la vez, como en las guarderías, jardines de niños y en las escuelas. Contrariamente a lo que se pueda pensar, otros factores, como enfriarse, mojarse o estar cansado, no causan resfriados ni aumentan la vulnerabilidad de un niño a las infecciones.
La conjuntiva y la mucosa nasal son las vías de entrada. El virus invade las células epiteliales del tracto respiratorio superior, produciendo un efecto citopático muy leve, pero provocando la liberación de mediadores de la inflamación, especialmente interleucina 1, 6 y 8, que atraen polimorfonucleares, alteran la permeabilidad vascular, causando edema y la consiguiente obstrucción nasal, y estimulan el sistema colinérgico, ocasionando rinorrea y, raramente, broncoconstricción en el niño normal, que, en cambio, es muy frecuente en caso de hiperreactividad bronquial o asma. El rinovirus se transmite por contacto directo con secreciones nasales infectadas. El virus sobrevive en las manos hasta 2 horas y varios días en superficies inanimadas; de ahí, la importancia del lavado frecuente de manos para disminuir la cadena de transmisión. La transmisión también se produce por inhalación de partículas a partir de gotitas de aerosol, común en otros virus respiratorios. Los virus ejercen un efecto tóxico sobre los mecanismos de aclaramiento mucociliar, provocando destrucción de cilios de hasta 6 semanas de duración.
Las infecciones de etiología viral afectan a niños de todas las edades, si bien predominan por debajo de los cinco años, son especialmente prevalentes en menores de dos años, en quienes los virus más frecuentes son en primer lugar los VRS alcanzando cerca del 50% de las infecciones que originan hospitalización. Les siguen el grupo de los RV, en torno al 30%, adenovirus, HBoV, PIV, hMPV y gripe en porcentajes variables. Los cuadros clínicos a los que se asocian son bronquiolitis y episodios de sibilancias recurrentes como causas más frecuentes de hospitalización, seguidos por neumonías, laringitis, síndromes febriles o gripales y cuadros catarrales en los lactantes más pequeños.
En niños mayores de 2 años, los agentes más frecuentemente implicados en la hospitalización son el grupo de los RV
Seguidos por diferentes tipos de adenovirus, el HBoV y en menor proporción otros virus como los PIV, gripe y VRS y los cuadros clínicos a los que se asocian son fundamentalmente crisis asmáticas y neumonías. En los niños con patología respiratoria ambulatoria los estudios son menos frecuentes, aunque también existen datos al respecto. Se han estudiado fundamentalmente los lactantes y en ellos los virus más frecuentemente implicados que son, sobre todo, los RV, seguidos de los VRS, y en menor porcentaje según las series, los CoV, PIV, hMPV y HBoV.
La influenza y otras infecciones virales respiratorias son el tipo más común de infección respiratoria aguda. Las infecciones virales predisponen a los pacientes a infecciones bacterianas secundarias, que a menudo tienen un curso clínico más grave.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Cuando los virus invaden las células de las vías respiratorias, desencadenan inflamación y producción de mucosidad. Esta situación deriva en congestión nasal, goteo nasal, irritación de la garganta y tos, que puede durar hasta 14 días. Algunos niños pueden continuar con tos durante semanas después de que la infección de las vías respiratorias altas haya remitido. Es frecuente que se presente fiebre, con una temperatura de hasta 38.3 o 38.9 °C (incluso 40 °C), en niños pequeños o en quienes tengan la gripe.
Otros síntomas característicos en los niños consisten en inapetencia, letargo y malestar general. Se presenta dolor de cabeza y dolor corporal, especialmente con la gripe. Los lactantes y los niños pequeños generalmente no son capaces de comunicar los síntomas específicos y se muestran irritables y molestos.
COMPLICACIONES DE LAS INFECCIONES RESPIRATORIAS DE ORIGEN VÍRICO
Dado que los recién nacidos y los lactantes prefieren respirar por la nariz, incluso una moderada congestión nasal provoca dificultad respiratoria. La congestión nasal conduce a problemas de alimentación, porque los lactantes no pueden respirar durante la succión de la mama o del biberón. Dado que son incapaces de excretar el moco que les viene con la tos, a veces se atragantan y pueden broncoaspirar.
Las vías respiratorias de los niños pequeños se estrechan a veces de modo significativo por la inflamación y el moco, provocando la consiguiente dificultad respiratoria. Los niños respiran rápidamente y producen sibilancias y/o estridor. El estrechamiento grave de las vías respiratorias provoca en los niños un jadeo al respirar y su piel se vuelve cianótica. Estos problemas de las vías respiratorias son más frecuentes con una infección causada por el virus paragripal, el Virus Respiratorio Sincicial (VRS) y la infección por metapneumovirus humano. Los niños afectados necesitan ser examinados urgentemente por el médico.
Algunos niños con una infección vírica de las vías respiratorias altas también desarrollan otitis media o neumonía; las cuales ser causadas por el mismo virus o por una infección bacteriana que aparece porque la inflamación causada por el virus aumenta la vulnerabilidad a la invasión por otros gérmenes. En los niños con asma, las infecciones del sistema respiratorio provocan a menudo una crisis asmática.
TRATAMIENTO DEL RESFRIADO COMÚN
El tratamiento del resfriado común debe basarse, ocasionalmente, en fármacos (antitusígenos, antipiréticos, mucolíticos, descongestionantes nasales y antihistamínicos) para el alivio de los síntomas (fiebre, dolor, tos), y en antibióticos, de forma muy restrictiva, cuando exista sospecha de sobreinfección. En la mayoría de los casos es suficiente el tratamiento sintomático con antitérmicos, ambiente húmedo y medidas generales de soporte.
Los antibióticos no deben utilizarse nunca en la fase inicial del resfriado común, pues no previenen las complicaciones bacterianas y seleccionan la aparición de cepas resistentes. Sin embargo, un 30% de los resfriados son tratados inicialmente con antibióticos.
La causa más frecuente de tos aguda (que dura hasta 3 semanas) o tos subaguda (3-8 semanas) es una infección viral, que es principalmente una enfermedad autolimitada en personas por lo demás sanas. Algunos compuestos de hierbas, el dextrometorfano antitusivo y el ambroxol son eficaces para aliviar los síntomas. Si después de los procedimientos de diagnóstico apropiados la causa de la tos crónica, es decir, la tos que dura más de 8 semanas, no puede atribuirse a una enfermedad respiratoria bien establecida, cumple con la definición de una enfermedad por derecho propio, tos crónica idiopática. Esto es causado por hipersensibilidad del reflejo de la tos. Por tanto, incluso los estímulos débiles de umbral bajo, por ejemplo los cambios de temperatura, el habla extensa y los olores pueden desencadenar el reflejo de la tos. En el caso de la falta de respuesta al tratamiento conforme a las pautas, se cumple la definición de tos crónica refractaria.
Antihistamínicos, terapia combinada
Los antihistamínicos combinados con descongestionantes, analgésicos o ambos parecen tener un efecto de pequeño a moderado sobre el resfriado común en niños mayores y adultos. Una gran revisión sistemática y un metanálisis encontraron que la combinación de antihistamínicos y descongestionantes redujo los síntomas globales en seis estudios agrupados (OR 0.27; IC del 95%: 0.15 a 0.50). El número estimado necesario a tratar fue cinco. Aunque los eventos adversos generales no aumentaron, hubo aumentos significativos en la boca seca (OR 3.77; IC del 95%: 1.75 a 8.14) y el insomnio (OR 3.02; IC del 95%: 1.08 a 8.47). Menos ECA, y más pequeños, examinaron otras combinaciones, y la combinación fue limitada. Para la combinación de antihistamínico-analgésico, dos de tres estudios informaron sobre los síntomas globales y encontraron una mejoría significativa.