Por la doctora Leonora Albor Olivera
El cambio climático provocado por el ser humano se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la salud pública en todo el mundo. Su impacto directo sobre la salud se expande a través de una variedad de sectores, incluidos los cambios en las tasas de mortalidad y morbilidad asociadas con el aumento general de la temperatura y el aumento relacionado con la frecuencia y duración de las olas de calor. (1)
Varios estudios han informado un aumento en la mortalidad atribuido a las olas de calor, que se produjeron en diferentes lugares del mundo desde principios del siglo pasado. (2)
FISIOPATOGENIA
Las altas temperaturas y las olas de calor provocan diversas enfermedades respiratorias, urinarias circulatorias y del sistema nervioso, siendo las más graves las respiratorias. La investigación reciente se centra en los efectos de la temperatura del aire sobre las enfermedades respiratorias. Sin embrago, la bibliografía actual sólo se centra en la relación epidemiológica sin poder explicar el mecanismo de interacción espacio-tiempo entre la temperatura del aire y las enfermedades respiratorias. (3)
Cuando la temperatura media es más baja/alta que la temperatura óptima, el aumento de riesgo de consulta al servicio de emergencias por enfermedades respiratorias es del 3.75%/1.54% en la población total por cada 1°C por encima/debajo de la temperatura media del aire, respectivamente. No obstante, las altas temperaturas y las olas de calor tienen un impacto más grave en la salud humana; la incidencia de infección de las vías respiratorias superiores en el solsticio de verano alcanza 56.3 personas por día. (3)
Cuando ocurre un clima extremo, el mecanismo de autorregulación del cuerpo no puede adaptarse a los estímulos externos y la actividad del virus se fortalece bajo temperaturas extremas, lo que incrementa la morbimortalidad de las enfermedades respiratorias. En diversas investigaciones se ha reportado que los virus respiratorios sincitiales se generan a temperaturas de -30 a 24 °C, y se diseminan a gran escala después de la infección. (3)
La termorregulación ayuda a mantener las temperaturas corporales seguras en el calor, pero se asocia a una inflamación sistémica y a aumentos en el gasto cardiaco, en el flujo sanguíneo dérmico y en la ventilación pulmonar. El aumento de la temperatura podría incrementar la ventilación y causar hiperpnea térmica (jadeo de segunda fase durante la cual aumentan el volumen corriente y la frecuencia respiratoria), exacerbando de esta forma la disnea. Dicha situación puede inhibir las funciones inmunitarias antiinfecciosas, agravando los síntomas de las enfermedades respiratorias. Además, el aumento continuo de la temperatura puede fácilmente inducir la respuesta inflamatoria del sistema respiratorio; así, el aumento de sustancias inflamatorias en el líquido broncoalveolar (como cariocitos, neutrófilos, factores quimiotácticos) daña el epitelio respiratorio, provocando que se infecte por bacterias, virus y hongos. (3, 4)
Se sabe que la temperatura y humedad altas inhiben la transmisión por gotitas, pero también brindan las condiciones adecuadas para la supervivencia y propagación de virus y bacterias relevantes, como el virus de la parainfluenza (3). Dichos virus y bacterias se depositan en el tracto respiratorio, induciendo enfermedades respiratorias. (3)
El aumento de la morbimortalidad de las enfermedades respiratorias en el verano se atribuye a la diferencia de temperatura entre los ambientes interior y exterior. El tracto respiratorio superior es atacado por el aire frío, producido por el aire acondicionado cuando las personas entran al interior; dicho ataque produce espasmos en la tráquea y bronquios; el ambiente relativamente cerrado y la mala ventilación del aire afectan la salud del sistema respiratorio. Mientras que el contraer un resfriado después de sudar aumenta la incidencia del resfriado de tipo calor y la influenza viral. (3)
Las concentraciones de polen y moho también se han relacionado con el calor exterior y la salud respiratoria. Aunque por el momento no se ha podido establecer la relación de esta vía de aeroalérgenos con los efectos del calor sobre las enfermedades respiratorias. (4)
Se ha encontrado evidencia de que el aumento en las enfermedades respiratorias agudas durante el calor, probablemente, no sean causados por hacinamiento en interiores. Esta evidencia sugiere que el calor puede agravar las infecciones respiratorias existentes en lugar de propagar nuevas infecciones. Aunque los efectos sistémicos adversos relacionados con la termorregulación pueden desempeñar un papel en los efectos del calor respiratorio, es probable que éstos también sean causados por la acción directa de respirar aire caliente. (4)
INFECCIONES RESPIRATORIAS
Las infecciones respiratorias son un conjunto de enfermedades transmisibles del aparato respiratorio como el catarro común, la otitis, amigdalitis, sinusitis, bronquitis aguda, laringotraqueitis, bronquiolitis, laringitis e incluso neumonía, con evolución menor a 15 días. Se considera importante que los pacientes extremen precauciones durante las temporadas calurosas, especialmente si padecen alergias, pues son más propensos no sólo a exacerbar sus síntomas, sino a adquirir otras enfermedades respiratorias. (5)
Las infecciones respiratorias (IR) son la primera causa de morbilidad en México. La mayoría de los casos se presentan en niños de uno a cuatro años de edad y en adultos de 25 a 44 años. (6, 7)
Adaptado de Statista 2020
La mayoría de los casos de infección respiratoria son de origen viral, aunque las bacterias tienen una participación importante en la colonización del epitelio respiratorio superior, que si llegan a alcanzar el tracto inferior pudieran ocasionar un grupo complejo de enfermedades que, de no recibir un tratamiento adecuado, llegan a generar complicaciones graves, sobre todo en poblaciones vulnerables. (8)
Los principales síntomas de las infecciones respiratorias son fiebre, malestar general, congestión y secreción nasal, tos, dolor de garganta, expectoración y disnea. (8)
La faringitis y las otitis media constituyen el 87.5% de los episodios de infección respiratoria aguda sin datos de insuficiencia respiratoria; la mayoría de los casos son de origen viral. (9)
Adaptado de Flores 2003
Para el tratamiento de las infecciones respiratorias, se debe tener en cuenta que la mayoría de los casos son de etiología viral y autolimitados, por lo que se recomienda: (9)
Los antihistamínicos que actúan sobre los receptores de la histamina se han utilizado como remedio para el resfriado común por más de un siglo. Y aunque no existen estudios clínicos rigurosos respecto a su efectividad, sí existe evidencia moderada de su eficacia en la disminución de la secreción nasal para los antihistamínicos de primera generación (difenhidramina, clorfeniramina). Esta eficacia parece deberse más al mecanismo anticolinérgico que al efecto antihistamínico. Mientras que se recomienda la medicación con paracetamol para el tratamiento del malestar general y la fiebre. (10)
CONCLUSIÓN
En el futuro, es probable que aumenten los peligros para la salud relacionados con el calor. Dentro de este siglo, se espera que la exposición al calor aumente a medida que la temperatura global promedio aumenta con el cambio climático, por lo que se espera que las olas de calor se vuelvan más frecuentes y severas. Además, es probable que un porcentaje mayor de la población sea particularmente susceptible a la morbilidad respiratoria relacionada con el calor, dados los aumentos proyectados en la prevalencia mundial de enfermedades respiratorias crónicas y el envejecimiento de la población. (4)
Bibliografía
Por la doctora María Luisa Ortiz Rábago
Las enfermedades gastrointestinales son aquellas que afectan al sistema digestivo; algunas de ellas pueden prevenirse o atenuarse con medidas higiénico-dietéticas. Su origen puede ser:
ENFERMEDAD POR REFLUJO GASTROESOFÁGICO
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es un trastorno digestivo con una prevalencia estimada del 18.1 al 27.8%. Aproximadamente, la mitad de todos los adultos en algún momento de su vida reportarán síntomas de reflujo.
El ERGE se define como una condición con síntomas molestos y complicaciones que resultan del reflujo del contenido del estómago hacia el esófago o la boca. Los factores de riesgo incluyen edad avanzada, índice de masa corporal (IMC) alto, tabaquismo, ansiedad/depresión y poca actividad física. Los hábitos alimenticios también pueden contribuir al trastorno, incluidas la acidez de los alimentos, así como el tamaño y horario de las comidas, particularmente con respecto al sueño.
La causa más común del ERGE son las relajaciones transitorias del esfínter esofágico inferior, que son breves momentos de inhibición del tono del esfínter independientes de la deglución. Otros factores que influyen son la reducción de la presión del esfínter, hernias del hiato, alteraciones en el aclaramiento esofágico y retraso en el vaciamiento gástrico.
El síntoma clásico del ERGE es la acidez estomacal, que es una sensación de ardor en el pecho que se irradia hacia la boca, aunque también puede asociarse a un sabor amargo en la parte posterior de la boca con o sin regurgitación del reflujo. Los síntomas extraesofágicos no siempre se reconocen, pero pueden ser carraspeo y ronquera, sensación de plenitud en la parte posterior de la garganta, náusea o vómitos crónicos.
El diagnóstico es clínico con síntomas clásicos y respuesta a la supresión del ácido. La pirosis con o sin regurgitación suele ser suficiente para sospechar de ERGE, sobre todo si los síntomas se exacerban en el postprandio o en decúbito.
Los pacientes con ERGE deben ser evaluados para detectar datos de alarma, ya que estos determinarán si se requiere una evaluación endoscópica urgente. En caso de que no haya síntomas de urgencia, el tratamiento debe orientarse hacia la modificación del estilo de vida, más no debe perderse de vista que no existe evidencia suficiente de que la mayoría de los cambios de estilo de vida tengan un efecto suficiente sobre el trastorno. La única modificación probada es la elevación de la cabecera de la cama, que reduce la exposición esofágica al ácido y el tiempo de aclaramiento esofágico, contribuyendo a la reducción de los síntomas del ERGE.
La terapia con medicamentos tiene como objetivo la reducción de los síntomas y minimizar el daño de las mucosas por la exposición al ácido. Se ha demostrado que los bloqueadores H2 tienen algún beneficio sintomático, pero en pacientes sin contraindicaciones, los inhibidores de la bomba de protones son la terapia más eficaz.
SÍNDROME DEL INTESTINO IRRITABLE
El síndrome del intestino irritable (SII) se define como un trastorno gastrointestinal crónico y debilitante, que se presenta con dolor abdominal asociado a la alteración de los hábitos intestinales (frecuencia y consistencia de las heces) sin una patología estructural subyacente. Tiene una incidencia de 9 a 23% de la población general, con un alto impacto en la calidad de vida y los costos de la atención médica.
De acuerdo a la sintomatología predominante se califica en: SII con estreñimiento, SII con diarrea, SII con un patrón mixto de estreñimiento y diarrea, y SII no clasificable. La patogenia del SII es heterogénea y tradicionalmente está relacionada con factores ambientales y del huésped:
FACTORES AMBIENTALES
FACTORES DEL HUÉSPED
El factor psicosocial puede ser importante en su desarrollo, aunque su relevancia etiológica en la disfunción gastrointestinal sigue siendo incierta.
El diagnóstico clínico se realiza con base en los criterios de Roma para SII, los cuales, de la versión III a la versión IV, difieren básicamente en dos parámetros:
El tratamiento del SII de basa en la sintomatología predominante:
DIARREA INFECCIOSA
Es unas de las principales causas de morbimortalidad entre lactantes y niños pequeños. Se define como heces de mayor contenido de agua, volumen o frecuencia. La producción masiva de alimentos paradójicamente ha contribuido a la persistencia de enfermedades transmitidas por los mismos.
Se clasifica en dos síndromes fisiopatológicos, comúnmente denominados no inflamatorio e inflamatorio.
Factor | No inflamatorio | Inflamatorio |
Etiología | Generalmente viral, pero puede ser bacteriano o parasitario. | Bacterias generalmente invasoras o productoras de toxinas. |
Fisiopatología | Es más probable que promueva la secreción intestinal sin una alteración significativa en la mucosa intestinal. | Es más probable que altere la integridad de la mucosa, lo que puede llevar a la invasión y destrucción del tejido. |
Hallazgos del interrogatorio y el examen físico | Náuseas y vómitos; normotermia; cólico abdominal; mayor volumen de heces; heces acuosas y sin sangre. | Fiebre, dolor abdominal, tenesmo, menor volumen de heces, heces con sangre. |
Descubrimientos de laboratorio | Ausencia de leucocitos fecales | Presencia de leucocitos fecales |
Patógenos comunes | Escherichia coli enterotoxigénica , Clostridium perfringens , Bacillus cereus , Staphylococcus aureus , Rotavirus , Norovirus , Giardia , Cryptosporidium , Vibrio cholerae. | Salmonella (especies no Typhi), Shigella , Campylobacter , E. coli productora de toxina Shiga, E. coli enteroinvasiva, Clostridium difficile , Entamoeba histolytica , Yersinia. |
Otro | Enfermedad generalmente más leve. Puede ocurrir una pérdida severa de líquidos, especialmente en pacientes desnutridos. | Enfermedad generalmente más grave. |
Las infecciones virales son la causa más común de diarrea aguda. Las infecciones bacterianas se asocian más con viajes, comorbilidades y enfermedades transmitidas por alimentos.
La rehidratación oral debe ser el primer paso en el tratamiento de la diarrea aguda. De manera inicial, sustituir el déficit de líquidos acumulados y posteriormente las pérdidas continuas y los fluidos de mantenimiento. Se recomienda la dieta BRAT (plátanos, arroz, puré de manzana y pan tostado) y evitar lácteos. Es importante la alimentación temprana para disminuir la permeabilidad intestinal causada por infecciones y reducir la duración de la enfermedad.
La loperamida puede provocar una prolongación peligrosa de la enfermedad en pacientes con diarrea inflamatoria y sanguinolenta, por lo tanto, no se recomienda su uso en ellos. El antisecretor racecadotril parece ser bien tolerado y es tan eficaz como la loperamida.
ESTREÑIMIENTO
El estreñimiento es uno de los principales desórdenes gastrointestinales diagnosticados en los países occidentales. La prevalencia mundial se estima entre el 12 y 19%. Es más común en América del Norte y Europa en comparación con Asia, probablemente debido a diferencias en la cultura, la dieta o el medio ambiente.
Se define como una disminución en el número de evacuaciones por semana y puede estar acompañado de diferentes síntomas, como la sensación de evacuación incompleta, distensión abdominal, esfuerzo, intentos alargados o fallidos de defecar, heces duras y necesidad de desimpactación digital. Con base en su etiología, se puede clasificar en primario y secundario.
El estreñimiento primario incluye el síndrome de intestino irritable (SII) predominante por estreñimiento, estreñimiento funcional, estreñimiento de tránsito lento como miopatía, neuropatía y trastornos funcionales de la defecación.
El estreñimiento secundario puede ser resultado de trastornos metabólicos (p.ej. hipercalcemia), medicamentos (p.ej. bloqueadores de los canales de calcio), trastornos primarios de colón (p.ej., cáncer, proctitis) y trastornos neurológicos.
Los antecedentes familiares positivos de estreñimiento parecen tener un papel importante en este trastorno. La dieta es uno de los factores más relevantes del estreñimiento. La ingesta insuficiente de fibra o líquidos provoca estreñimiento en todos los grupos de edad. Varias revisiones centradas en las alergias a la leche de vaca en niños, demostraron una mejoría de los trastornos funcionales después del retiro de la leche de vaca de la dieta. Otro factor importante es la falta de ejercicio. La inactividad física puede conducir a la obesidad, que es otro factor común en el estreñimiento.
Se considera también una conexión entre la disbiosis de la microbiota intestinal y el estreñimiento. A diferencia de los pacientes con tránsito normal, se ha encontrado que los pacientes con estreñimiento crónico presentan bacterias metanogénicas productoras de más metano, lo que retrasa aún más el tránsito colónico.
En los pacientes con estreñimiento se observa una disfunción motora del colon, acompañada de sensación anormal y alteración de la defecación. Las contracciones de propagación de gran amplitud, que transfieren el contenido del colon a larga distancia, ocurren con menos frecuencia en pacientes con estreñimiento. La neuropatía y la miopatía parecen ser las causas más importantes de retraso de la transferencia colónica. Sin embargo, los pacientes con neuropatía rara vez reciben un tratamiento satisfactorio, pese a que el tratamiento del estreñimiento miopático suele tener éxito.
El estreñimiento se asocia con la edad y el sexo femenino; además, las hormonas sexuales durante el embarazo ralentizan la peristalsis, aunado a que las mujeres tienen un alto riesgo de lesión del suelo pélvico durante el trabajo de parto.
El diagnóstico del estreñimiento debe basarse en el historial médico detallado y un examen físico con especial atención en el examen anal. Para el diagnóstico del estreñimiento funcional es necesaria la presencia de 2 o más criterios de Roma IV durante los últimos 3 meses, con una aparición de los síntomas al menos 6 meses antes del diagnóstico.
Para evitar el estreñimiento en el lactante, es importante reconstituir adecuadamente la leche de la fórmula y, en la medida de lo posible, introducir el consumo de alimentos ricos en fibra (frutas y verduras).
En los adultos, la principal recomendación respecto a los hábitos dietéticos es establecer la ingesta adecuada de fibra y líquidos, en el contexto de una dieta equilibrada:
También se pueden usar los supositorios de glicerina, que son de acción muy rápida y efectiva (minutos). No se absorben o lo hacen de forma mínima. Ejercen una triple acción:
Son muy útiles en casos de estreñimiento agudo y como complemento de otros laxantes por su rápida acción, facilidad de uso, escasez de efectos secundarios y buenos resultados.
Bibliografía