Te dejamos algunos puntos clave que pueden ser de gran ayuda para que el padre se involucre activamente con sus hijos.
No seas un papá de domingo
Hoy en día, muchas parejas deciden separarse, sin embargo no por el hecho de que esto suceda, significa que los hijos deben perder contacto con los padres o verlos poco tiempo: un buen acuerdo logrará una buena armonía entre ambas partes. Un divorcio no debe cambiar la calidad en la relación con los niños. Papá debe ser un padre presente aunque ya no conviva con sus hijos. Que quede claro: el papá es tan importante como la mamá para el desarrollo del niño.
La limpieza cuidadosa del ámbito doméstico resulta fundamental para evitar el riesgo de infecciones y reacciones alérgicas en los niños.
La casa es el ambiente en el que transcurrimos gran parte del día. Es donde los niños juegan, comen y aprenden a gatear. Para proteger su salud es necesario cuidar la higiene, precisamente, donde se concentra el mayor riesgo de infecciones y alergias: el suelo que pisamos con los zapatos procedentes del exterior, las superficies de juego, las destinadas a la preparación de la comida y el baño. También es necesario prestar mucha atención a las alfombras, los cojines, los colchones, los sofás, las camas, etcétera, ya que son los lugares preferidos de los ácaros del polvo. Es muy importante reducir la carga de bacterias en estas zonas de riesgo de la casa, especialmente, porque acostumbran a ser las más frecuentadas por los niños pequeños.
LA COCINA
Es uno de los sitios de la casa donde pasamos mayor parte del tiempo. Además, es la zona en la que se preparan los alimentos y en la que, algunas veces, damos de comer al niño. Por todo ello, es imprescindible mantenerla siempre reluciente y desinfectada. Se debe prestar especial atención a la mesa y a las superficies de apoyo de la cocina, ya que hay que evitar que las posibles bacterias patógenas (presentes, por ejemplo, en la carne cruda, la verdura sin lavar o las cáscaras de huevo) contaminen los alimentos, con el consiguiente riesgo de infecciones alimentarias.
Para limpiar este tipo de superficies, se aconseja el uso de productos sin cloro, para una mayor seguridad, al estar en contacto directo con los alimentos que se consumen.
EL BAÑO
El cuarto de baño es el sitio que utilizamos para la higiene diaria del niño y, además, es el espacio donde se ubica el inodoro y por lo tanto es utilizado con frecuencia por los papás. Por este motivo, debe ser desinfectado a profundidad, eliminando los gérmenes de las superficies y evitando la formación del molesto moho. Se debe prestar especial atención a los rincones preferidos por los gérmenes (regaderas, llaves del agua, coladeras, lavabos, fregaderos, etcétera), así como a la taza del baño, que puede contener cal y óxido, y provocar malos olores. También se debe mantener una higiene minuciosa de la tina y el área de la regadera, que se deben limpiar antes y después de cada uso.
EL SUELO
Las bacterias potencialmente patógenas que proliferan en nuestras casas son las responsables de infecciones gastrointestinales, como la Escherichia Coli, la Salmonella y el Campylobacter. Se encuentran en el suelo del hogar y pueden provocar trastornos en los pequeños, que gatean por todas partes, tocan objetos y superficies, y se llevan las manos a la boca. Para controlar su difusión, se debe limpiar el suelo con frecuencia. En primer lugar, hay que eliminar los restos de comida y otros residuos utilizando una aspiradora o un “trapeador” a vapor. A continuación, hay que lavar el suelo con agua caliente y detergente. Se aconseja el uso de desinfectantes sin cloro, que limpian a profundidad de forma saludable, sin ser tan agresivos como aquellos que contienen este líquido tan fuerte y con olor desagradable.
En los niños las rutinas diarias son la mejor forma de enseñarles hábitos, pero, también puedes explicarle los beneficios que le aporta el aseo diario, esto hará la tarea más fácil, relajada, divertida y lograrás que el pequeño disfrute de estos momentos. Además, si tú “predicas” con el ejemplo la tarea será más sencilla. Lograr que el niño tenga hábitos de limpieza no siempre es una tarea fácil, pues ellos no la consideran primordial; además, en ocasiones, creen que es un capricho de sus padres. Es importante que una vez que pongas en práctica estos hábitos seas constante y paciente. ¡Recuerda! utilizar la fuerza o los gritos no ayudará, estos solamente complicarán la situación.
https://youtu.be/lz6WnVtDkwg (el video no esta disponible en youtube)
Bañarse es diario a pesar de que a esta edad tu hijo ya se baña solo, debes prestar atención a la manera en que lo hace, pues muchas veces no se lava bien las partes del cuerpo o el cabello. No olvides hacer revisiones periódicas y recalcar la importancia de la ducha.
Edúcalo a que 3 veces al día debe cepillarse los dientes. Cuando termine sus alimentos dile: “a lavarse la boca”, así lo ayudarás a crear una rutina; recuerda que un buen aseo bucal es fundamental, ya que las caries pueden permanecer en su dentadura definitiva.
Acostumbrarlo a dejar siempre las cosas en su lugar lo volverá ordenado y limpio; además si este momento adquiere la misma importancia que jugar o comer se convertirá en una costumbre. También puedes asignar tareas en casa como guardar sus juguetes o poner la mesa.